La Torá nos cuenta que Iaakov se quiso casar con Rajel, que era joven y linda, pero por un engaño de su suegro se casó también con su hermana mayor, Lea. Rajel fallece muy joven durante el alumbramiento de su hijo Biniamin, mientras que Lea acompaña a Iaakov el resto de su vida, seis de sus hijos son de ella e incluso es enterrada con él en la misma parcela.

De no haber sido por el engaño de Laban, el pueblo judío no existiría, las 12 tribus no existirían. Iaakov se hubiese casado con Rajel, tendrían problemas para tener hijos y con mucho esfuerzo lograrían tener solo dos hijos. Ni la tribu de Iehuda (de la cual descienden la mayoría de los judíos), ni la tribu de Levi. Solo Iosef y Biniamin. Nuestra historia sería muy distinta.

Cuando nos engañan, roban o estafan, es muy doloroso, debemos reacomodar nuestro trayecto, reaccionamos con frustración, dolor y angustia. Pero debemos tener confianza en Hashem que si esta situación se interpuso en nuestro camino es para lograr algo superior. El plan B siempre nos llevará más lejos que el plan original.

Exactamente donde nos encontramos, en la situación que la vida nos puso, es ahí donde debemos lograr nuestra misión y ahí donde podemos dejar nuestra huella en el mundo y la sociedad.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy