Mis amigos sefaradíes celebran el shabat, y mis amigos ashkenazis lo llaman shabos. Los sefaradíes llaman al novio jatán, y los ashkenazis se refieren a él como josn. Para reforzar su argumento, los sefaradíes apuntan a la pronunciación hebrea moderna, que adhiere a su tradición. ¿Cuál es la manera correcta de hablar hebreo?
Respuesta
El idioma y la manera en que hablamos están en constante evolución. Por ejemplo, sólo han transcurrido varios cientos de años desde que los británicos comenzaron a colonizar, y tanto los estadounidenses como los sudafricanos y australianos tienen maneras distintas de hablar inglés. De la misma forma, el hebreo evolucionó de forma diferente en las distintas comunidades judías. Cuando consideramos que los judíos han estado en movimiento durante dos milenios, es un milagro que hayamos logrado mantener nuestro hebreo tan constante como lo hemos hecho, en especial porque el hebreo ha sido primordialmente una segunda lengua desde el exilio babilónico.
Así que si bien es tentador hacer grandes generalizaciones y simplemente separar las distintas pronunciaciones entre la sefaradí y la ashkenazi, lo cierto es que hay muchas variantes aún dentro de ellas mismas. Exploremos el origen de la división, las mayores diferencias y las implicaciones prácticas.
Orígenes sefaradíes y ashkenazis
En el sentido literal, Sefarad refiere a la península ibérica (España, Portugal, etc.) y Ashkenaz refiere a Alemania y el “Sacro Imperio Romano”. Sin embargo, cuando nos referimos a los “judíos sefaradíes”, el término se ha ampliado hasta abarcar a los judíos de las regiones mediterráneas, incluyendo España, Grecia y el norte de África (y muchas veces también Oriente Medio). Y “ashkenazi” ahora incluye a los judíos que provienen de lugares como Europa central y del este, incluyendo países como Hungría, Lituania, Polonia y Rusia.
Con el tiempo, los ashkenazis y sefaradíes desarrollaron pronunciaciones hebreas distintas. Sin embargo, hay mucho debate acerca del origen de estos dialectos. Algunos dicen que la división ocurrió en la Europa medieval.1 Otros dicen que se remonta al período de los gueonim (siglos VII al XI), cuando el dialecto ashkenazi se desarrolló en Israel (Palestina) y el sefaradí en Babilonia.2 Aunque algunos dicen que la división data de aún más atrás, de los tiempos de la Mishná (siglos I y II); la pronunciación sefaradí derivó del dialecto hebreo de Judea y el ashkenazi del de Galilea.3
No importa qué teoría uno suscriba, resulta claro que las diferentes pronunciaciones datan de hace bastante. De hecho, siempre hubo varias formas de pronunciar palabras hebreas. En los tiempos bíblicos, la tribu de Efraim no podía pronunciar la palabra shibolet (o shiboles para los ashkenazis entre nosotros) como sus compatriotas de las otras doce tribus.4 Y en los tiempos talmúdicos, algunos pueblos no diferenciaban entre las letras álef y áin (algo que por lo general los ashkenazis actuales tampoco hacen).5
Las diferencias básicas entre los dos
A un nivel muy básico, la pronunciación ashkenazi tiende a diferenciar un mayor número de vocales. Kamatz y pataj se pronuncian “o” y “a”, respectivamente, y tzeiré y segol se diferencian como “ei” y “e”. Por otro lado, los sefaradíes pronuncian ambas kamatz y pataj como “a”, mientras que pronuncian tzeiré y segol como “e”.
Los ashkenazis no diferencian entre jet y jaf; los sefaradíes, sí. Los ashkenazis pronuncian la tav no acentuada como la sámaj, mientras que la mayoría de los sefaradíes la pronuncian como la tet.
(Hay algunas diferencias que han evolucionado pero no son distinciones “oficiales”. Por ejemplo, ciertos ashkenazis influenciados por el ídish dicen “oi” (o “ei” o “au”) donde los sefaradíes dicen “o”).
Claro que esto es una simplificación excesiva y hay muchas variantes dentro de las pronunciaciones ashkenazis y sefaradíes. Hay que observar que en el hebreo antiguo todas las letras y vocales tenías sonidos distintos, y tanto el ashkenazi como el sefaradí han perdido algunas de estas distinciones. (La pronunciación yemenita es quizás las más correcta, pero eso merece un artículo separado.)
Si hablas hebreo moderno
El hebreo moderno es un híbrido simplificado en el que los matices de ambas tradiciones se han perdido. Así es que mientras que los ashkenazis lo pueden ver como sefaradí, tiene las debilidades de ambos, el sefaradí y el ashkenazi. También mantiene la vibración uvular (probablemente incorrecta) para la resh, que probablemente se introdujo por la vía de los orígenes franceses y alemanes del ashkenazi.
Aunque hoy muchos judíos (tanto ashkenazis como sefaradíes) aprenden a leer y pronunciar el hebreo de acuerdo a la pronunciación moderna (“sefaradí”), hay un animado debate acerca de si un ashkenazi puede rezar en ese dialecto.
Algunos ashkenazis afirman que aun si generalmente se usa esta pronunciación, cuando dices el nombre de Di-s (A-do-nai), debes seguir la pronunciación ashkenazi de A-do-noi. Explican que adonai simplemente significa “mis señores”, y que la palabra es sagrada únicamente cuando se pronuncia A-do-noi, una variante que no existe en la tradición sefaradí.6 Incluso llegan a decir que los sefaradíes no están pronunciando correctamente el Nombre de Di-s.7
Otros responden que a) no importa si el Nombre de Di-s se pronuncia “-nai” o “-noi”, siempre es plural (como explica el Rambam, este nombre de Di-s es intencionalmente plural);8 y b) hay muchos gramáticos sefaradíes que de hecho distinguen, aunque muy sutilmente, las dos versiones de la palabra.9
En la práctica, todos los dialectos del hebreo son aceptables.10
El Rebe de Lubavitch aborda las diferencias de pronunciación refiriéndose a la explicación de Arizal con respecto a las diferencias entre las costumbres sefaradíes y ashkenazis.11 Mientras que todos los judíos están igualmente ligados por las mismas leyes básicas de la Torá, hay muchas costumbres que han evolucionado en forma diferente en distintas comunidades. Estas costumbres corresponden a las puertas espirituales a través de las cuales uno se conecta con Di-s. Por lo tanto, uno debe seguir las costumbres de sus antepasados.12
Por lo tanto, el Rebe escribe que no ve ninguna razón por la que uno deba cambiar la pronunciación a la que está acostumbrado. Sin embargo, si uno tiene un motivo para cambiar la pronunciación, debe asegurarse de ser consistente y rezar la oración entera (incluyendo el Nombre de Di-s)13 con la misma pronunciación, ya sea sefaradí, ashkenazi o hebreo moderno.14
Aunque la pronunciación de nuestros rezos, al igual que algunas de las frases, pueden variar de comunidad en comunidad, nos une rezar por una sola cosa: el fin del dolor y el sufrimiento en este exilio amargo y la llegada del mashíaj; ¡que sea pronto en nuestros días!
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