Estimados lectores:
Les escribo estas líneas desde la ciudad santa de Ierushalaim. Tengo la suerte y el honor de visitar la tierra de Israel con mis dos hijos por primera vez.
Estos últimos días visitamos el mar Muerto, las ruinas de Masada y el desierto de Iehuda. Sin duda es un paisaje sobrecogedor y desolado, montañas rocosas y áridas a donde sea que uno mire.
Sorprendido por el paisaje mi hijo mayor me pregunta:
- ¿Una de estas montañas es Har Sinaí?
- No se sabe exactamente cuál es Har Sinaí - le respondí - pero probablemente sea muy parecido a uno de estos.
Hashem eligió una montaña, para simbolizar que el bajó a la tierra para entregar la Torá pero el hombre tuvo que subir y encontrarlo a mitad de camino.
En esencia cualquier montaña puede ser Sinaí, en cualquier lugar o momento nos podemos encontrar con Hashem, y recibir sus bendiciones.
Cuando hacemos una plegaria pidiendo algo que necesitamos debemos generar un recipiente para que las bendiciones sean recibidas, debemos hacer algo de nuestro lado para ser merecedores.
¡Shabat Shalom desde Israel!
Rabino Eli Levy
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