Querido rabino de “Pregúntale al rabino”:
¡Hola! Escribo una columna de consejos para personas que están en relaciones interreligiosas. Me gustaría conocer la perspectiva de diferentes autoridades religiosas. ¿Le interesaría darnos su opinión sobre si se puede estar en una relación con una persona que tenga creencias religiosas diferentes o que incluso no tenga ninguna? ¡Muchas gracias!
Mi respuesta:
Creo que es perfectamente posible que dos personas tengan una buena relación a pesar de tener creencias muy diferentes. Creo que es saludable tener ese tipo de relaciones. ¿Por qué cerrarse a todos los miembros de la sociedad que piensan diferente a ti?
Pero si hablamos de construir un hogar, es algo muy distinto. Para construir un hogar, necesitas bases firmes.
Afuera, en el mundo real, no hay mucha seguridad. Un hogar es un lugar en el que intentas crear eso. Para ti mismo. Para tu pareja. Para tus hijos. Y para todo al que hagas parte de este hogar.
Un hogar es lo más precioso que puedes construir a lo largo de toda tu vida. Construye una fábrica. Construye una torre en Manhattan. Construye una nave espacial. Un hogar es un logro mucho más grande. No tiene comparación.
¿Cómo construyes un hogar? Empieza por conectar a dos personas desde un lugar muy profundo. Es posible que sus personalidades, sus actitudes, sus apariencias, sus alturas y sus perfiles de Facebook sean muy diferentes, pero en lo más profundo están en el proceso continuo de unir sus dos seres y convertirlos en un único todo. Y pueden hacerlo sólo porque en realidad, en el fondo, son uno.
Entonces si las creencias son algo que significa mucho para uno (¿o tienes otra definición?), no tiene sentido intentar construir un hogar sobre la base de creencias que no se corresponden. Porque si las creencias no se corresponden, las partes interiores de estas personas tampoco se corresponderán.
Y si piensas: “Bueno, ¡puedo cambiar sus creencias!”, ¿qué clase de creencias serán esas?, ¿qué tan profundas serán?, ¿cuánto podrán durar?
La proximidad del cuerpo, la proximidad del alma
© Yoram Raanan
¿Y qué hay de una relación sexual con alguien de creencias diferentes?
Los judíos siempre han considerado las relaciones sexuales como algo sagrado y de un significado profundo. En una relación sexual, la otra persona te deja entrar a su espacio más personal, y no sólo en un sentido físico y emocional.
Esta unión incluirá también las partes más profundas de tu alma. Y eso no depende de ti. Es lo que sucede.
Es por eso que a un matrimonio le decimos “kidushin”, que significa “santificación”. Es ese prefacio de la unión sexual que la convierte en una unión divina en la que las almas se unen. Y también es un aspecto vital en la construcción del hogar de la que hablé antes. Porque es el reflejo físico de una conexión de almas mucho más profunda.
Pero si las almas están en conflicto, la unión de los cuerpos no puede ser verdadera. No hay santidad, no hay significado. Es sólo una parte de tu alma arrancada y atascada en un lugar al que no pertenece. Y, como muchos con el alma desgarrada pueden decirte, es muy difícil recuperarla de allí.
Sólo amigos
© Yoram Raanan
¿Y qué hay de una relación en la que se es “sólo amigo” de alguien del sexo opuesto?
Es fácil engañarse a uno mismo, pero no existen relaciones entre hombres y mujeres en las que no haya un trasfondo sexual. Sé que vivimos en una sociedad idealista, pero los disparadores hormonales son un hecho biológico.
De modo que si comienzas una relación con alguien del sexo opuesto, ten en mente que se trata también de una relación a nivel de las almas. No hay otra forma.
Sé amigable con todos. Quiérelos y preocúpate por ellos. Pero guarda tu ser interior, la parte de ti que participa de la unión sexual, para construir un hogar.
Y construye ese hogar sobre la base firme de dos almas que comparten una única luz interior. Eso es lo que llamamos fe.
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