Esta semana vivimos la combinación de dos fiestas judías muy particulares.

Por un lado este miércoles fue Pesaj Sheni, una fiesta de origen bíblico que se remonta al primer Pesaj en el desierto y nos cuenta que algunos miembros del pueblo se encontraban impuros y no podían participar de la festividad ni comer una porción del sacrificio pascual. Su reclamo fue escuchado por Di-s y se dispuso un segundo Pesaj para quienes no habían podido celebrar el primero.

El sexto Rebe de Jabad solía decir que Pesaj sheni nos enseña que nada está perdido, que siempre hay lugar para una segunda oportunidad.

Por otro lado, tenemos Lag Baomer este domingo. En esta fecha se recuerda el fallecimiento de Rabí Shimon Bar Iojai y culminamos el duelo por la muerte de los 24.000 alumnos de Rabí Akivá. Rabí Shimon pidió que el día de su fallecimiento sea un día alegre y de celebración.

Dos fiestas que nos llevan a reflexionar y al mismo tiempo nos colman de alegría y esperanzas sabiendo que siempre hay una nueva oportunidad esperándonos incluso cuando ya parece estar todo perdido.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy