Pregunta:

Mientras leía la Torá, me di cuenta de que cuando los ángeles, disfrazados de viajeros, visitaron a Abraham, él les sirvió “manteca y leche, y el becerro que había preparado”.1 ¿No es esto una violación de la prohibición de comer carne con leche?

Respuesta:

a. Una respuesta simple sería decir que esta historia sucedió antes de que se nos diera la Torá en el monte Sinaí, y que las leyes de cashrut —así como las demás leyes de la Torá— todavía no eran obligatorias. Sin embargo, el Talmud nos dice que Abraham respetaba la Torá por completo, incluso las leyes de cashrut, aunque no estuviera obligado a hacerlo.2

b. Una observación minuciosa del versículo revela que Abraham en realidad no cenó con sus huéspedes. Él simplemente sirvió la manteca, la leche y la carne a personas que consideraba viajeros paganos (no había otros judíos en ese entonces), y que, desde luego, no tendrían restricciones en su dieta. Abraham no vio motivo para que su rigor personal comprometiera el disfrute de sus invitados.3

¿Qué hay con los ángeles? ¿Cómo es que pudieron comer comida no casher? Según una opinión, los ángeles no comieron nada; sólo fingieron comer, por respeto a su anfitrión.4

Sin embargo, un midrash sostiene que esto no fue una muestra de respeto; los ángeles en realidad sí comieron carne con leche. Años más tarde, cuando Moshé estaba a punto de recibir la Torá, los ángeles protestaron: dijeron que el hombre mortal no merecía el más grande tesoro de Di-s, la Torá. Moshé, con un típico estilo judío, respondió una pregunta con otra, y les preguntó a los ángeles (entre otras cosas): “Ustedes conocían la Torá. ¿Hizo esto que no se dieran el gusto de mezclar leche con carne en casa de Abraham?”. Los ángeles no tuvieron respuesta, y el resto es historia.5

c. Algunos comentarios señalan que el versículo indica que Abraham primero sirvió los lácteos y luego la carne.6 La ley judía especifica que se puede comer carne inmediatamente después de ingerir lácteos (a excepción de algunos quesos curados), siempre que, entre una cosa y otra, uno se limpie de manera adecuada la boca y las manos. Para conocer más al respecto, ver El tiempo de espera entre la carne y los lácteos. Por consiguiente, la comida se regía por las leyes de cashrut.

Atentamente,

Rabino Baruch S. Davidson.