Pregunta: Por favor, explíqueme toda esta cuestión del sacrificio de animales en el Templo. ¿En serio el plan es retomar esto en algún momento?
Respuesta: Cain y Ébel hacían sacrificios de animales y vegetales. Nóaj hacía sacrificios de animales. Abraham, Itzjak y Iaacov —todas personas muy iluminadas— hacían sacrificios de animales. Y la Torá prescribe muchos sacrificios que han de hacerse en el Tabernáculo, en el desierto, y luego más adelante en el Sagrado Templo de Ierushalaim. ¿Y adivina qué? En nuestros rezos, durante los últimos 2000 años, le hemos pedido a Di-s que nos permita reconstruir ese Templo para que podamos volver a realizar esos sacrificios, tal como Él nos lo pidió. Así que tiene que haber algo profundo aquí, más de lo que está a simple vista.
P: ¡Pero nada de esto tiene sentido! Tzedaká, rezar, estudiar… puedo entender todas esas cosas. Pero ¿por qué Di-s querría que quemáramos animales en un altar?
R: Bueno, no pienses que eres el primero en tener dificultades con esto. El mismo tema desconcertó a los estudiantes del Rambam en el siglo XII. Desconcertó a los estudiantes de los sabios del Talmud. En el Zohar está escrito que el secreto de los sacrificios alcanza el secreto de lo infinito. Es una de esas cosas que si no te desconcierta, es porque no has entendido bien. Creo que tenemos que mirar esto desde una perspectiva muy diferente para encontrarle el sentido.
P: La verdad es que no parece más que un vestigio de los ritos paganos.
R: Está claro que hay algunas diferencias importantes entre el orden sacrificial de la Torá y los ritos paganos típicos del mundo antiguo que mencionas. Para empezar, las normas fueron dadas abiertamente para que todos las leyeran. De hecho, cada judío tiene la obligación de estudiar los detalles de los ritos del Templo. Incluso se pretende que los niños pequeños aprendan todo lo que deben hacer esos sacerdotes. Esto está muy lejos del culto al secreto que dio poder a la clase sacerdotal en otros pueblos.
Había otras diferencias importantes: el Templo se consideraba propiedad del pueblo, y los sacrificios comunales diarios lo reafirmaban. No había prostitutos ni prostitutas por los patios, no había orgías ni fiestas de borrachos, ni tampoco automutilaciones. Los sacerdotes usaban atuendos modestos y estandarizados, y eran elegidos por una corte del pueblo que estaba allí mismo, en el perímetro del complejo del Templo. La mayor parte de la carne se comía, y se desperdiciaba mucho menos de lo que desperdicia Safeway o Stop & Shop. Y a los animales se los sacrificaba de un modo compasivo. Era un salto sublime respecto de los estándares anteriores. En términos generales, debe haber sido un lugar muy extraño para la persona promedio de la Antigüedad.
P: Pero no para lo que son hoy nuestros estándares. Si el punto es quitar de las costumbres del pueblo el cultismo sacrificial, entonces sirvió en aquel momento. Pero ¿por qué deberíamos rezar para que esto vuelva? Sí, está bien tener un lugar centralizado para rezar y meditar, con la menorá, el incienso, las tablas de Moshé… ¿pero por qué la carnicería?
R: Lo principal de un sacrificio no era el acto físico de matar al animal. Debes entender que la labor del sacrificio era principalmente espiritual.
P: ¿En qué sentido?
R: Bueno, para empezar, cuando una persona hacía un sacrificio, su concentración era crucial. Si no tenía la mente enfocada en el significado y la intención indicados para el sacrificio, toda la cuestión se podía considerar inútil, o incluso peor.
P: ¿Qué tipo de significados?
R: Bueno, si el sacrificio pretendía expiar algún pecado involuntario, la persona tenía que sentir arrepentimiento por lo ocurrido. Pero iba más allá de eso: los sacerdotes se enfocaban en las esferas espirituales más elevadas, según las tradiciones esotéricas. Esto explica por qué hacían que los levitas cantaran y tocaran música. Después de todo, si era sólo una enorme barbacoa, ¿para qué se necesitaba la música inspiradora? Era más bien una experiencia espiritual profunda para todos los involucrados. Te ibas de allí realmente elevado.
P: Okey, puedo ver la calidad experiencial de la cuestión: un templo antiguo con música celestial y canciones místicas; sacerdotes con largas túnicas en una profunda meditación; un ritual coreografiado e hipnótico. Es una imagen que no me había hecho antes.
R: La mayor parte de la gente no se la hace.
P: Pero creo que podríamos conseguir ese nivel de sublimidad sin la sangre y las tripas.
R: Bueno, de hecho, hoy nuestras plegarias ocupan el lugar de los sacrificios. Así que el aspecto principal de los sacrificios nunca desapareció. Sólo los aspectos exteriores que la Torá también ordena; esos son los que están suspendidos por el momento.
P: Entonces, si podemos tener la experiencia espiritual sin cortar carne sobre el altar, ¿por qué volver a ello?
R: Necesitamos ir más profundo en el entendimiento de los motivos detrás de los sacrificios y del Templo.
P: Si tienes una explicación, estoy abierto.
R: Bueno, quizás nuestro problema es que lo vemos desde una perspectiva plana.
P: ¿Plana?
R: Quiero decir, es como si tratáramos de entender un proceso multidimensional desde una sola dimensión.
P: ¿?
R: Aquí tienes una analogía: digamos que nunca has escuchado que existen los teléfonos, y ves que alguien que camina por la calle tiene una conversación intensa. Pero su interlocutor parece no estar. De hecho, lo ves muy compenetrado en una discusión con… su muñeca.
P: ¿Porque lleva la mano pegada a la oreja?
R: Sí. Y asiente con la cabeza mientras sacude el otro brazo. Luego grita. Luego se calla. Luego se ríe, y de repente se calla de nuevo...
P: Parece totalmente loco.
R: Pero la gente lo hace todo el tiempo.
P: Okey, pero tiene sentido porque sabemos que hay alguien del otro lado.
R: ¿Del otro lado de qué?
P: Del teléfono.
R: Eso parece incluso más absurdo. ¿Dónde está exactamente ese alguien?
P: Ya sabe a qué me refiero. Hay una red de teléfonos celulares. Hay señales que viajan por el aire.
R: ¿Dónde?
P: No podemos verlas, pero conectan a personas que están a grandes distancias. Lo que hace que ese hombre se vea ridículo es que ignoramos la existencia de esas señales y de esa red, y de toda esa sofisticada tecnología que hay detrás.
R: Exacto. Y ese es el mismo problema que tenemos con los sacrificios. Debemos darnos cuenta de que hay otra dimensión aquí que no podemos ver. Desde esa dimensión, todo cobra sentido.
P: ¿Y cuál es esa dimensión?
R: Bueno, hay planos de la realidad más elevados que el nuestro. Territorios espirituales. Y más allá. Hay toda una cadena de mundos que funcionan en el plano de la luz infinita hasta que llegan aquí abajo, a nosotros y a nuestro pequeño cosmos físico.
P: Cosas de la Cabalá.
R: También está en el Talmud: hay muchos detalles en el tratado Jaguigá sobre los siete cielos, etc.
P: Entonces, sobre los sacrificios...
R: Rabí Isaac Luria, el Arizal, explica que los sacrificios eran una manera de elevar la materia y la vitalidad de este mundo a un plano superior.
P: Sabe, leí una historia sobre unos tzadikim que meditaban y llevaban la conciencia a planos más elevados.
R: En realidad, cada vez que alguien medita y se concentra cuando reza está haciendo eso, en un grado menor.
P: Entonces volvemos al principio: ¿para qué la barbacoa?
R: Porque eso eleva sólo el alma humana. El alma humana tiene muchas capas. La divina. La racional. La animal, que está dentro. Los sacrificios en el Templo elevaban esas capas, además del animal real. Tocaban no sólo el espíritu, sino también el cuerpo.
P: ¿Entonces el animal se volvía sagrado?
R: Sí, con un efecto general en todos los animales del mundo; más la harina y el vino que se usaban con él, que implicaban el mundo vegetal; más la sal y el agua, que incluían el reino de lo inanimado...
P: A ver si entiendo: ¿lo que dice es que lo que las plegarias logran en un nivel espiritual, los sacrificios lo lograban en el mundo físico? ¿Dice que el Templo era una especie de transformador, que pasaba lo físico al terreno espiritual?
R: Lo estás entendiendo. Es por eso que el espacio del Templo era tan importante. Sabes que se repite en la tradición que el lugar donde estaba el altar del Templo es el lugar del que fue formado Adán. Cain y Ébel hicieron allí sus sacrificios. Nóaj hizo allí sus sacrificios luego del diluvio. El sacrificio de Itzjak tuvo lugar allí...
P: ¿Y por qué todos tenían que usar ese lugar? ¿Qué tiene de especial?
R: Es el lugar donde Iaacov tuvo el sueño sobre la escalera y los ángeles que subían y bajaban. Dijo: “¡Estas son las puertas del cielo!”.
P: Mm... Algo así como lo que en la jerga de la web se llama “portal”.
R: Claro. O un transformador. La interfaz entre lo físico y lo espiritual. A eso se referían los sabios cuando decían que cuando Di-s comenzó a crear el mundo, el lugar por el que empezó fue el Monte del Templo. Pero, me dirás tú, no había ningún espacio cuando Di-s comenzó a crear el mundo. Pero lo que quieren decir es que ese es el primer nexo entre los mundos más elevados y este mundo. Es allí donde el “arriba” termina y el “abajo” comienza. Del Cielo a la Tierra. Entonces, es allí donde se sitúa la línea de transmisión entre ambos. El portal.
P: ¿Qué pasa cuando toda esa carne y ese vino llegan allá arriba?
R: Por supuesto, ya no es más un jugoso trozo de carne cuando entra en dominio espiritual. Pero somos seres físicos, por lo que no podemos imaginar cómo luce un trozo de carne espiritual de verdad. Pero hay seres conscientes que no tienen cuerpo físico, y están del otro lado recibiendo todo esto.
P: ¿Ángeles, quiere decir?
R: Así se llaman en español.
P: Me cuesta entender la cuestión de los ángeles. Sé que hay muchas referencias a ellos en la Biblia y en la bibliografía rabínica...
R: El Ramban (Najmánides) dicen que nuestras almas están más relacionadas con los ángeles que con los animales. Después de todo, los seres humanos viven principalmente en un mundo de ideas y abstracciones más que en el mundo visceral y tangible.
P: Depende de a quién se refiera, rabino.
R: En cualquier caso, no hay razón para no creer que haya un estado de consciencia no asociado con un cuerpo físico. Y si le preguntáramos a uno de esos seres conscientes si los sacrificios del Templo tienen sentido para él/ella/ello, probablemente exclamaría que es una de las pocas cosas que hacemos los humanos que tienen algún sentido. Y apuesto que están muy molestos porque no lo hayamos hecho durante tanto tiempo.
P: ¿Qué obtienen de eso?
R: Según la Cabalá, recuperan energías.
P: ¿Se refieres a algo así como energía que rebota? ¿Para qué necesitan eso? ¿No tienen suficiente con la que baja hasta aquí?
R: Porque la energía que reciben es sólo energía directa, que se filtra luego en muchos pasos. A nosotros nos llega la energía creativa final, más condensada, para sostener nuestra existencia en este mundo. Pero como somos la última parada, también tenemos la esencia de esa energía. Eso es algo que sólo pueden conseguir cuando nosotros elevamos materia de nuestro mundo hacia el suyo.
P: ¿Me está diciendo que esos ángeles obtienen algo importante de nuestros sacrificios?
R: Obtienen algo importante de todo lo que nosotros hacemos. Toda mitzvá que hagamos eleva algún aspecto del mundo material; quizás no con la magnitud de los sacrificios, pero lo eleva. Sin embargo, los sacrificios nos dan un paradigma para entender de qué se tratan todas las mitzvot.
P: ¿Entonces estas conciencias sin cuerpo también están involucradas?
R: Sin ellas, no se haría ni una sola mitzvá. El Talmud dice que cuando una persona hace una mitzvá es sólo luego de que Di-s haya enviado a sus ángeles a que preparen todo para ello. Y además ellos completan el trabajo. A menudo, nuestra parte no es más que tomar la decisión consciente de que queremos hacer la mitzvá en cuestión.
P: Así que, en realidad, todas nuevas mitzvot suceden dentro de este contexto más grande, multidimensional.
R: Y por eso tantas de ellas son tan difíciles de entender. Es como tratar de escuchar sólo la parte de un instrumento en el marco de una sinfonía completa. Así es cada una de nuestras mitzvot, porque nosotros sólo vemos el plano material.
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