Después de casi dos años de estudio y un sin fin de preguntas sin responder, horas sin dormir, debates con Rabinos y profesores, de después pensamientos que llegaron a ser muy dolorosos (algunos traían una especie de vacío con ellos), después de dos años de cuestionar, preguntar, estudiar y reflexionar, seguía pensando que no existía Di-s.
Pero un día, debido a que mi incesante deseo de encontrar la verdad no me permitió dejar de buscar respuestas, en una reunión en el que el Rabino estaba hablando acerca de la creación, escuché una historia que cambió mi vida para siempre:
Vas caminando por el desierto cuando de repente te tropiezas con una piedra en el suelo. ¿Esto te dice algo? ¿Te sorprende o crea en ti alguna sospecha, intriga o curiosidad?... No. Es una simple piedra que se formó por un proceso de erosión que toma miles de años, en donde los minerales se juntan con el agua...
Sigues caminando por el desierto y te consigues 12 piedras. ¿Esto te dice algo? ¿Te sorprende o crea en ti alguna sospecha, intriga o curiosidad?... No. Son 12 piedras que se formaron por erosión o algunas llegaron rodando por causa del viento, otras siempre estuvieron ahí, en fin... Nada impactante.
Caminas por un rato más y te consigues 12 piedras colocadas en un círculo perfecto, una circunferencia de piedras en medio del desierto. ¿Esto te dice algo? ¿Te sorprende o crea en ti alguna sospecha, intriga o curiosidad?... Vamos a suponer que no, que también son resultado del proceso de erosión natural que, por casualidad, hizo que las piedras quedarán en esta posición perfecta.
Continúas caminando por el desierto cuando te encuentras un reloj. Un reloj que funciona perfectamente: las agujas marcan los segundos, minutos y horas; señala el día del mes; posee una correa diseñada para que el reloj te lo coloques en la muñeca y no se caiga... ¿Esto te dice algo? ¿Te sorprende o crea en ti alguna sospecha, intriga o curiosidad?... No cabe la menor duda de que alguien estuvo ahí. No sé si el reloj se le cayó o dejó a propósito en ese lugar. No sé qué pasó, pero alguien tuvo que pasar por ahí, porque un objeto o mecanismo que tenga forma, diseño, orden y una función, tiene que haber sido creado por una mente superior a dicho objeto. No existe la posibilidad de que ese reloj se haya creado solo o lo haya hecho la naturaleza espontáneamente y al azar, por millones y millones de años que pasen. Y a pesar de que no puedas ver a la persona, sabes que alguien lo tuvo que crear...
Ahora mira el mundo que te rodea... El sol siempre sale por el este y se oculta por el oeste demostrando que hay un orden; un espermatozoide entra en un óvulo y nueve meses después, la mujer da a luz a una nueva criatura compuesta por órganos y huesos, que no existían ni en el espermatozoide ni en el óvulo; tenemos un cerebro capaz de almacenar millones de datos de información, que por cierto, aún con los avances tecnológicos no se ha descifrado el lugar de almacenamiento; plantas una semilla de manzana (la cual no tiene ninguna semejanza a la manzana), le echas agua y al cabo de cierto tiempo se forma un tronco de madera que puede ser usado para muebles, crecen hojas que tras un complejo proceso de fotosíntesis, proporcionan el oxígeno que necesita el ser humano para respirar y sale un fruto que sirve de alimento, que si no te das cuenta que es para comer, cambia de color a uno más atractivo para llamar tu atención. Y si aún no te has percatado de este fruto, cae del árbol avisándote que está listo para proveerte de energía y no sólo eso, sino que sabe y huele bien. Y todo esto de una “simple” semilla.
Usando el mismo razonamiento que aplicamos para con el reloj... ¿El mundo no lo tuvo que crear alguien? ¿O somos capaces de decir que un simple reloj sí lo tuvo que crear alguien y el mundo con todas sus complejidades no?...
Esta historia había despertado en mí una idea, una idea que me permitió abrir mi pensamiento cerrado y programado para pensar según mis experiencias y mi razonamiento. Me permitió salir de las limitaciones que condicionaban mis creencias. No empecé a creer en Di-s inmediatamente. ¡Por supuesto que no! No es algo que se puede decidir como comprar un chocolate o elegir una camisa, fue un cambio progresivo.
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