Este año, antes de la festividad de Shavuot, el rabino Sholom Leverton de jabad en West Windsor, Nueva jersey,había llamado a un número de judíos en su área, invitándolos a asistir a los servicios y escuchar la lectura de los Diez mandamientos. Uno de ellos, “el Dr. Fischer,” lo rechazó firmemente . ” Estoy en un gran centro médico”, explicó, “Es muy difícil hallar tiempo en el medio de la semana, aunque sea unas pocas horas.”

Así es que en la mañana Shavuot,el rabino se sorprendió al ver al Dr.Fischer en la sinagoga a tiempo para la lectura de la Torá. ¿Qué lo había hecho cambiar de opinión?

En el Kidush después de los servicios,el doctor se levantó y le preguntó si podía decir unas palabras. “Estaba conduciendo al hospital esta mañana y vi algo totalmente inusual”, dijo.”Tres jóvenes de jabad estaban caminando al costado de la carretera”.

”Me detuve y les pregunté qué estaban haciendo allí. Se que no hay sinagoga en esta área. Me explicaron que iban a hacer un minián en la cárcel local para que los reclusos judíos pudieran escuchar los Diez mandamientos de la Torá”.

El doctor hizo una pausa. “me dije a mí mismo, ¡acaso yo soy más preso que los presos! si ellos pueden tener un minián, puedo ir a rezar también. Di la vuelta y volví a la sinagoga de inmediato.El trabajo puede esperar.

”El rabino Leverton compartió la historia en un foro de emisarios del rebe. Unas horas después, la historia

se hizo aún más interesante…

El rabino Avi richler, emisario en Mullica hill, Nueva jersey, que trabaja con el instituto de Aleph, una organización que ayuda a los prisioneros judíos,publicó el siguiente comentario:

”Quiero compartir el otro lado de la historia”, escribió.

”Yo estaba involucrado en la asignación de esos chicos a visitar la prisión.por lo general, los estudiantes de ieshivá que vienen a ayudar los fines de semana se alojan en el hotel en Fort Dix, a pocos minutos a pie de la prisión.

”Recibí una llamada el viernes pasado explicando que hay ahora una pared erigida entre el campamento militar y la prisión, y los chicos tendrían que salir de la base y rodear la prisión(siete kilómetros en cada sentido).

”A último momento hablé con el director asociado de la prisión, y encontramos otro hotel a unos kilómetros de la carretera donde pudieran alojarse. El único problema era que tenían que caminar por la carretera…

”Parece que Di-s tenía un plan para todo esto . Quizás este médico nunca habría llegado a la sinagoga sin esa valla que se estaba construyendo”