Un pistolero entró caminando al centro de Jabad Lubavitch en las afueras de San Diego durante los servicios del último día de Pesaj el sábado por la mañana y abrió fuego, asesinando a una persona e hiriendo a otras tres. El sospechoso, John Earnest, un hombre blanco de 19 años oriundo de San Diego, está bajo custodia.

Alrededor de las 11:30 de la mañana, mientras la congregación escuchaba los versículos bíblicos que describen la observancia de Pesaj, el servicio fue abruptamente interrumpido por el sonido de disparos. Se escucharon dos disparos desde el lobby, alcanzando fatalmente a Lori Gilbert-Kaye, de 60 años, oriunda de Poway. El asesino a continuación giró y le disparó al Rabino Isroel Goldstein, quien necesitó someterse a cirugía en ambas manos y perdió el dedo índice de la mano derecha.

El Rabino envolvió su mano ensangrentada con un Talit y corrió hacia la habitación donde estaban reunidos los niños. Se escuchó el sonido de seis disparos más. Hiriendo a una menor de 8 años llamada Noya Dahan y a su tío Almog Peretz de Sderot, Israel, quien sufrió un disparo en su pierna mientras él y el Rabino Goldstein conducían a su sobrina y a un grupo de niños a una zona segura.

Mientras el terrorista pausó para recargar su arma y entrar al santuario de la sinagoga, su arma se atoró. Oscar Stewart, un asistente regular del templo y veterano militar estadounidense, y Jonathan Morales, un patrullero fronterizo fuera de servicio, heroicamente persiguieron al malhechor. Mientras el tirador huía, Morales disparó e impactó el vehículo del atacante en cuatro ocasiones.

La policía evacuó a los congregantes a un edificio vecino y comenzó a atender a los heridos. Pero, antes de permitir ser llevado de urgencia al hospital, Goldstein se acercó a su congregación y habló. Se refirió a un pasaje de la Hagada, leído recientemente en el Seder de Pesaj: “No sólo una vez se han erigido contra nosotros para destruirnos, pues en cada generación se paran contra nosotros para destruirnos, pero el Santo Bendito Sea, nos salva de su mano”. Se dirigió al público y continúo hablando sobre permanecer firmes frente a la adversidad y el odio.

Minoo Anvari, un miembro de la congregación, pareja de un testigo que vio el tiroteo, destacó que el Rabino hizo un llamado a la unidad y la paz a pesar de haber sido disparado recientemente. ““Estamos unidos” exclamó el Rabino”, relató Anvari, un refugiado iraní.

“Él, oró por la paz,” dijo Anvari “Aun estando herido, se negó irse al Hospital hasta haber transmitido el mensaje. Cuando terminó el discurso salió de la sinagoga.”

Goldstein, originario de Crown Heights, un barrio de Brooklyn, Nueva York, es también capellán del departamento del Sheriff de San Diego. Goldstein fue descrito como “conversador, cálido y bondadoso” por los miembros de su comunidad del sur de California.

Anvari relató que su marido le dijo que el atacante vociferaba e insultaba mientras abría fuego.

De acuerdo a los testigos, el Rabino lastimado trataba de calmar al tirador y a los miembros de su congregación.

Vaus dijo que la congregación fue atacada por “alguien con malicia en el corazón…. contra nuestra comunidad judía, y eso es algo inaceptable.” La comunidad “tomó el tema de la seguridad muy en serio,” dijo.

Un servicio especial de Izcor

Posteriormente esa misma tarde la policía permitió reagruparse a los congregantes en una casa aledaña del Rabino Mendel Goldstein, donde concluyeron las plegarias. El servicio incluyó el Izcor, en el cual las almas de los que ya no están son recordadas. Siendo informados que Gilbert-Kaye sucumbió, se recitó una oración especial en su memoria.

Siguiendo la costumbre jasídica, al fin del día, se sentaron para una comida festiva, conocida como el banquete del Mashiaj, incluyendo cánticos y bailes alegres. El Mayor de Poway, Steve Vaus, se unió, junto a otros huéspedes.

“Enfrentando al odio sin sentido, nos comprometemos a vivir orgullosos como judíos en este glorioso país,” dijo el Rabino Yonah Fradkin, director ejecutivo de Jabad en el condado de San Diego. “Creemos firmemente que el amor es exponencialmente más poderoso que el odio” Estamos profundamente conmovidos por la pérdida de una verdadera mujer de valor, Lori Kaye, que perdió la vida por el solo hecho de vivir como judía”

La mayoría de las sinagogas de la nación han incrementado su seguridad luego de la masacre en la sinagoga Árbol de la Vida en la ciudad de Pittsburgh, que dejó un saldo de 11 muertos.

En la posteridad del ataque se hicieron llamados a la oración (Salmo 20), caridad y actos de bondad, para la completa recuperación de aquellos que resultaron heridos, incluyendo el Rabino, Yisroel ben Jana Priva, Noya bat Eden (Dahan) and Almog ben Ruti (Peretz).