En Canadá y en los Estados Unidos, esta época es llamada la temporada de libertad, ya que ambos países pronto celebrarán sus Días de la Independencia. Canadá ganó su independencia lenta y pacíficamente, y para los Estados Unidos fue una lucha larga y violenta. Para ambos, obtener la independencia fue un proceso.
La principal queja de los colonos contra Gran Bretaña fue: obligaciones tributarias sin poder tener representación. Gran Bretaña se enorgullecía de la máxima: "Ningún hombre debe ser forzado a pagar impuestos, sino por su propio consentimiento", y sin embargo, no se sintió culpable de gravar a las colonias sin permitirles representación en el parlamento.
Dirigiéndose a la Cámara de los Comunes en un vigoroso debate, señaló el filósofo y político, Edmund Burke: “Para probar que los estadounidenses no deben ser libres, estamos obligados a despreciar el valor de la libertad en sí misma; y no parece que tengamos una mísera ventaja sobre ellos en el debate, sin atacar algunos de esos principios, o ridiculizar algunos de esos sentimientos, por los cuales nuestros antepasados han derramado su sangre" 1
El rey Jorge III y su gobierno ciertamente tenían un punto ciego, cuando se trataba de la libertad. Ellos defendieron la libertad y la igualdad, pero solo para aquellos que consideraban dignos. Este punto ciego fue criticado rotundamente por los colonos, quienes, irónicamente, tenían su propio punto ciego. Sus derechos evidentes e inalienables a la libertad y la búsqueda de la felicidad fueron negados a los esclavos.
Los cambios basales de perspectivas vienen en etapas. Cuando se propone una idea radicalmente nueva, podemos adoptarla por sus virtudes, pero no nos damos cuenta de su aplicación completa de inmediato. Gran Bretaña tardó un siglo y medio en reconocer que las colonias eran dignas de independencia. Pasaría un siglo más antes de que Canadá obtuviera su emancipación. No en vano, lo mismo sucedió con los propios colonos. Llevó casi un siglo liberar a los esclavos, otro medio siglo para otorgar a las mujeres el derecho a votar, y otro medio siglo para garantizar los derechos civiles completos para todos. El crecimiento es gradual. Los cambios de paradigma se van arraigando con el tiempo.
Incluso los norteamericanos, que vieron esta falla en sus adversarios, no pudieron discernirla en sí mismos. Es común que aquellos que critican a otros sean víctimas de la misma ofuscación. En el otro, vemos la culpa fácilmente; en nosotros mismos, la ignoramos por completo.
El Baal Shem Tov enseñó 2 que esto es lo que pretendían decir nuestros sabios cuando expresaron: "Di-s castiga al hombre con y sin su conocimiento". Di-s establece que nos topemos con otros con faltas similares a las nuestras, y cuando condenamos a los demás, nos condenamos sin saberlo. La reprobación se produce con nuestro conocimiento, somos conscientes de que hemos condenado al otro, pero también sin nuestro conocimiento, porque no somos conscientes de que nos hemos condenado a nosotros mismos.
La caída
Esto explica un curioso episodio bíblico. Moisés envió espías precediendo a los hijos de Israel en preparación para conquistar la Tierra Prometida. A su regreso, los exploradores desalentaron el traslado, prediciendo que el ejército de los judíos, no lograría conquistar la tierra. Para exagerar la fuerza de los habitantes, relataron que se encontraron con “los caídos; estirpe de los grandes gigantes.” ¿Quiénes eran estos caídos?
Nuestros sabios revelaron que estos eran los hijos de los ángeles caídos. Poco antes del Gran Diluvio, los ángeles se quejaron del comportamiento abominable de la humanidad. Di-s objetó que estaba mal que juzgaran el comportamiento del hombre en la tierra mientras ellos estaban seguros en el cielo. Los ángeles se ofrecieron a nacer en cuerpos humanos para demostrar que la tentación terrenal puede ser soportada. Di-s consintió, pero los ángeles eran más inmorales que los humanos. Estos ángeles nacieron en cuerpos gigantes, y fue su descendencia la que vieron los espías. Destacaron a estos poderosos gigantes en su informe para disuadir a los judíos de ingresar a Israel.3
Si los espías simplemente querían transmitir que se habían encontrado con gigantes, ¿por qué era importante su estirpe? ¿Por qué los espías mencionaron que estos gigantes descendían de los ángeles caídos?
Crecimiento gradual
Para responder a esta pregunta primero debemos hacer otra. ¿Por qué los espías se tornaron contra el deseo de Di-s de que los judíos ingresaran a la Tierra de Israel cuando la Torá misma testifica que los espías eran, al principio, hombres rectos?
Los espías se mostraron reacios a entrar en Israel precisamente porque eran justos, lo que nos devuelve a entender los cambios de paradigma. En Sinaí, Di-s presentó la nueva radical idea de que es posible vivir una vida celestial, incluso en la tierra. Los espías notaron que esto se podía lograr en el desierto, donde había pocas distracciones y aún menos tentaciones. Pero les preocupaba que en Israel, donde entrarían en la vida real, la Torá se volvería irrelevante. No puedes pavimentar carreteras, cobrar impuestos, cavar alcantarillas y formar ejércitos, estudiando la Torá. Para vivir en la realidad, tendrían que hacer cosas concretas y abandonar lo placentero, espiritualmente hablando; que habían disfrutado en el desierto. Temían que al mudarse a Israel, se alejarían de la gracia divina y llegarían a ser meros materialistas, indecentes y espiritualmente corruptos.
Por lo tanto, remarcaron que incluso los ángeles se habían "caído" cuando se les hizo vivir en el mundo real. Si esto pudiera sucederle a los ángeles, ciertamente podría sucederles a los seres humanos.
Los espías aún tenían que absorber la magnitud completa del cambio de paradigma del Monte Sinaí. La vida celestial no estaba predestinada solo para el desierto. Fue pensada para la vida real. Lógicamente, esto es demasiado pedir, pero debido a que esto es un mandato divino, estamos dotados de la capacidad para tener éxito.
La condena
Los espías juzgaban que su análisis era correcto, pero estaban equivocados. Como los ángeles habían caído, también lo habían hecho los espías, y al condenar a los ángeles por su caída, admitieron inadvertidamente su propia debilidad.
Los espías hicieron esta observación mientras estaban lejos del desierto, afuera de la burbuja. Desde exterior, no percibían la realidad a través de la misma lente que usaban dentro de la burbuja. Ya no estaban mirando las cosas a la manera de Di-s. Lo estaban mirando a su propia manera. Se habían caído y, por lo tanto, llegaron a la conclusión errónea de que la vida celestial en el mundo material es imposible. La verdad, como lo dicen Ioshua y Caleb, es que "si así Di-s lo desea... tendremos éxito".
Vivir en el mundo real como un verdadero judío es un desafío incluso hoy en día. Pero los judíos han enfrentado desafíos aún mayores a lo largo de la historia y han tenido éxito.
Con demasiada frecuencia condenamos a los que son menos devotos que nosotros y al mismo tiempo nos justificamos cuando somos menos observantes que los demás. Los otros viven en una burbuja de ortodoxia, decimos, esto permite que puedan darse el lujo de ser extremistas. Yo vivo en el mundo real, donde la observancia total es imposible. La verdad es que el estilo de vida espiritual se puede vivir en todas partes. Lleva tiempo darse cuenta de esto porque todo el crecimiento, especialmente el crecimiento que requiere un cambio de paradigma, es gradual, pero con pasos pequeños y un compromiso inapelable, todos podemos ir haciendo un progreso constante.
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