Estimados lectores:
La primera vez que recuerdo viajar fue a los 12 años a Nueva York, unos meses antes de mi Bar Mitzvá. Vine con mi papá para prepararme espiritualmente para ese momento.
Era para el 3 de Tamuz de 1995, el primer aniversario del Rebe de Jabad. Fuimos al Ohel, a 770, a ver la casa donde vivió el Rebe.
Este sábado ya se cumplen 25 años de la desaparición física del Rebe. Volví a hacer la visita al Ohel del Rebe. Hace mucho no venía.
Me traje una mochila de pensamientos y preocupaciones de Argentina. Dudas sobre proyectos personales y comunitarios, desafíos que necesitan destrabarse.
Pedí con fuerzas, pedí una señal.
Solo al salir de la tumba del Rebe en el sector donde la gente escribe sus pedidos, se presentó la señal. De forma clara e inconfundible.
Se que es difícil transmitir emociones por mail.
Pero quiero que sepan por mi propio testimonio, que el Rebe sigue desde donde está acompañando cada pasa de sus shlujim y alumnos.
Después de 25 años el Rebe no abandona, está cundo uno lo necesita solo hay que conectarse con la fuente.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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