Cuando el Rabino Shlomo Riskin asumió como Rabino en la sinagoga Lincoln Square en Manhattan, instituyó cursos intensivos de estudios judaicos para mujeres y para hombres. En la festividad judía de Sheminí Atzeret, ocho mujeres que habían pasado el último año o más estudiando Biblia y Talmud llamaron a la puerta del departamento de Riskin. El Rabino las invitó a pasar, pero claramente no era una mera visita social: “Hemos venido con una pregunta seria”, recuerda Riskin que le dijeron. “Mañana por la noche comienza la celebración de Simjat Torá, en que a cada varón, aún a los pequeños niños varones, se les ofrece la oportunidad de bailar con la Torá. Los hombres rebosan de alegría por la Torá... pero sólo los hombres, no nosotras las mujeres. ¿Por qué no podemos nosotras leer la Torá y bailar con la Torá? ... ¿Acaso no proclamó Dios su Revelación en Sinai para ambos [hombres y mujeres por igual]? ¿Por qué nosotras, mujeres adultas e instruidas, no podemos gozar de los mismos privilegios que un niño varón?”

El Rabino Riskin prometió responder a su pregunta al día siguiente y se quedó despierto toda la noche, repasando el Talmud, los códigos de la ley judía y las responsas rabínicas que abordaban cuestiones relacionadas. Sabía, por supuesto, que la tradición imperante en las sinagogas ortodoxas era que sólo los hombres llevan la Torá o incluso la tocan. Pero lo que rápidamente se hizo evidente para él durante esa noche de estudio es que, aunque la costumbre excluía a las mujeres de cualquier contacto físico con la Torá, no había una prohibición legal real que avalase tal costumbre. Por lo tanto, a la mañana siguiente dictaminó que podría haber un servicio de mujeres en el que las mujeres pudieran leer la Torá (sin las bendiciones que la ley judía exige para los hombres) y bailar con ella.

Inmediatamente después de concluida la Festividad, el mismo grupo de mujeres regresó a la casa del Rabino para contarle la emocionante experiencia que vivenciaron, cómo lloraron de alegría las mujeres de entre quince y setenta y cinco años al haber podido estar tan cerca de la Torá por primera vez. Riskin estaba muy contento. “Y entonces se desató el infierno”.

Un prominente erudito rabínico, cuya congregación estaba próxima a la de Riskin, anunció que si la Sinagoga de Lincoln Square había permitido que las mujeres realizaran hakafot (ciclos de baile en la sinagoga portando la Torá) y también leyeran la Torá, entonces ya no podría ser considerada como sinagoga ortodoxa.

Riskin estaba devastado. Sintió que lo que había logrado en su congregación era que Simjat Torá fuese una “experiencia religiosa históricamente significativa”, y ahora sus mismísimas credenciales rabínicas estaban siendo cuestionadas. Consultó con su principal maestro, Rabino Iosef Soloveitchik, quien le aseguró que, aunque no era la costumbre predominante en las comunidades judías, la ley judía permitía lo que él había hecho.

Entonces Riskin fue a ver al Rebe. Quería escuchar su respuesta sobre la situación, aunque no tenía motivos para suponer que el Rebe aprobase lo que había hecho. Ciertamente, en 770 no había un servicio especial para que las mujeres bailaran con los rollos de la Torá, ni tampoco existía tal servicio en ninguno de los servicios dirigidos por los Shlujim de Lubavitch en todo el mundo. La reunión que siguió resultó ser la reunión más larga con el Rebe que Riskin había tenido, con una duración de casi dos horas. La conversación abarcó muchos temas relacionados con las mujeres y la ley judía, durante los cuales el Rebe dijo que el mayor desafío para la ortodoxia en este siglo es el lugar de la mujer ortodoxa. Le dijo a Riskin que había revivido la costumbre (minhag) de que las chicas jóvenes encendieran las velas de Shabat porque quería que las niñas, no menos que los niños, sintieran que son tan “hijos de Dios” (Bnot Hahem, literalmente, “hijas de Dios”) como los niños; y pensó que eso era especialmente importante en este momento de la historia. También habló en términos elogiosos de la importancia del estudio de la Torá por parte de las mujeres, y se sintió orgulloso de decirle a Riskin que, con su aliento, Rabi Itzjak Groner, Shlíaj del Rebe en Australia, ofrecía una clase semanal de Talmud para mujeres, que incluía Rishonim (comentaristas medievales que normalmente son estudiados sólo por estudiantes avanzados del Talmud), un hecho que sorprendió en gran manera y gratamente a Riskin. El Rebe, cuya mente estaba constantemente enfocada en apresurar la venida del Mesías, sugirió que una señal de los Días Mesiánicos (Iemot haMoshíaj) es que las mujeres, como los hombres, estudiarían los textos sagrados del judaísmo.

Junto con el Rebe, Riskin revisó las principales fuentes legales sobre el tema de las mujeres y los rollos de la Torá. Si bien estaba claro que, de acuerdo con la ley judía, no había ningún problema con que las mujeres sostuvieran o leyeran un rollo de la Torá, también estaba claro que se había desarrollado una costumbre en la vida judía (citada por el Rabino Moshé Isserles, sabio polaco del siglo XVI, conocido como Ramá, cuyas sentencias forman parte del Shulján Aruj) por la cual las mujeres no tocan la Torá durante su período menstrual. Esto, a su vez, derivó en la costumbre de que las mujeres nunca tocan la Torá en absoluto (y durante su período menstrual ni siquiera entran a la sinagoga para mirar el rollo de la Torá). Ramá admitió que el hecho de que las mujeres no tocasen la Torá era sólo una costumbre, aunque muy ampliamente practicada, y no vinculante para la ley judía. Por otro lado, en el mundo ortodoxo, la costumbre a veces adquiere virtualmente la condición de ley. Finalmente, después de que Riskin le explicara al Rebe el tipo de mujeres que acudían a su sinagoga, muchas de las cuales eran muy intelectuales y provenían de círculos en su mayoría no observantes, y que habían sido atraídas a la práctica judía por su interés en el estudio de la Torá, y que algunas de ellas abandonarían la vida ortodoxa si se les prohibiera la innovación que Riskin había hecho, el Rebe le dijo: “No sólo puedes hacerlo, debes hacerlo”

Extraído del libro "Rebe". Para comprar la biografia del Rebe puede hacer clic en el siguiente link