En una ocasión, el Rabino Zalman Schachter-Shalomi animó a su amigo, el Rabino Dudley Weinberg, rabino reformista en Milwaukee, a reunirse con el Rebe. Weinberg quedó muy entusiasmado por el carisma y la comprensión del judaísmo por parte del Rebe (el iejidus se prolongó por más de tres horas). En un momento, como le dijo a Schachter Shalomi, le preguntó al Rebe: “¿Debo dejar de servir en mi congregación reformista?”
“Deberías continuar”, le dijo el Rebe. “Eres un soldado en el frente”. Más tarde, Weinberg le confió a Rabi Isroel Shmotkin, shlíaj de Jabad en Milwaukee: “El Rebe tan sólo tenía que señalar con el dedo y yo habría salido de allí”. Pero el Rebe no señaló con el dedo, y Weinberg —un soldado en el frente— continuó en su sinagoga. Y así como el Rebe desafió a Weinberg a hacer más, le dijo al rabino reformista que también debería ser a la inversa, él debería desafiar al Rebe: “Deberías decirme, ‘Schneerson, mira por tu ventana, mira lo que aún tienes por hacer’.”
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