Se cuenta la siguiente anécdota que le aconteció al Alter Rebe.
En cierta ocasión, se presentó ante él uno de sus discípulos y comenzó a hacerle una serie de peticiones, cuestiones básicas que él necesitaba. El Rebe escuchó con atención sus pedidos y cuando terminó le dijo con un tono enérgico: “Veo que estás muy preocupado por lo que necesitas de Di-s, pero ¿has pensado qué necesita Di-s de ti?”. Cuando este jasid salió de la habitación del Rebe, los demás jasidim que se encontraban afuera vieron su rostro iluminado y sus ojos relucientes. Entonces, muy intrigados, le preguntaron qué le había dicho el Rebe. Él les relató todo el intercambio que habían tenido. Los jasidim escucharon con mucha atención, pero no lograron entender de dónde surgía tal alegría, ya que parecía que el Rebe lo había amonestado. El jasid les explicó: “Es simple, el Rebe me recordó que Di-s espera algo de mí, ¿acaso existe algo más inspirador?”.
Si logramos entender que somos los protagonistas del Plan Maestro de Di-s, que Él espera algo de cada uno de nosotros; si nos percatamos de que somos indispensables y de que tenemos algo único, entonces, sentiremos que nuestro valor es infinito y eterno. Nos veremos como si fuéramos el centro del universo; ¡pero no de forma arrogante!, sino con el convencimiento de que Di-s nos necesita y de que el mundo requiere de nuestra labor.
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