El Talmud enseña que la mejor vacuna contra todas las enfermedades es una confianza saludable en el Director del Universo.

Así que aquí hay una meditación que brinda serenidad, felicidad y buena salud. Memorícela fluidamente, reserve algo de tiempo cada día para reflexionar sobre las ideas y deje que vengan a su mente cuando sea necesario.



Soy un dispositivo de transmisión entre el cielo y la tierra.

Mi trabajo es recibir y transmitir la Bondad Infinita en alta fidelidad.

Estoy aquí para recibir la señal de arriba tan limpiamente como sea posible, y amplificar esa señal para que suene fuerte y claro en mi mundo.

No quiero ningún ruido ni fealdad en mi mundo, por lo que necesito establecer una conexión fuerte y directa con el origen de esa señal.

¿Cuál es el origen de la señal? Es el origen de todas las cosas.

¿Cuál es el origen de todas las cosas?

El origen de todas las cosas es el deleite y la alegría que el Creador tiene en cada una de sus creaciones, su infinito amor y compasión por cada cosa y por cada persona en cada momento.

Es una bondad oculta, oculta porque es muy poderosa. Tan poderosa que está generando todo este universo nuevamente justo en este momento. Tan poderosa que podría generar universos infinitos sin perder ningún poder.

Tan poderosa que tiene que estar completamente oculta de todas las cosas.

Pero puedo aprovecharla. Porque resuena dentro de mí. Yo también contengo esa luz oculta.

La resueno con la convicción de que en la esencia de todas las cosas se encuentra la bondad, no importa cuán oculta pueda estar, no importa cuán firmemente pueda el mundo negarla.

Por eso me siento seguro. Por eso me quedo tranquilo y feliz.

No dejaré ir esa verdad.

La tierra debajo de mí puede retumbar siniestramente y el cielo sobre mí puede destellar rayos de miedo, mis manos pueden cansarse y mi corazón puede saltar dentro de mí.

Pero nunca la dejaré ir.

Para que mi transmisión sea una señal Divina; una señal hermosa y alegre.

Ninguna enfermedad podrá entrar. Nada triste me sucederá. Solo el bien y la bondad me perseguirán.

Mi mundo de abajo brillará como el mundo de arriba.