El arrepentimiento es acercarse a D-os, como está escrito, “Paz, paz al distante y al cercano,” es decir, al distante que se acerca. Uno podría preguntar: D-os se encuentra en todo lado; ¿por qué debe uno “acercarse” a Él?

Cuando dos personas están paradas una al lado del otro, pero se dan la espalda, de hecho están supremamente distantes, ya que la cercanía se da cara a cara.

Ése es el significado de la manifestación de las escrituras “Porque volvieron hacia Mí sus espaldas y no sus caras.” “Porque volvieron hacia Mí” se refiere a “volverse” hacia D-os cumpliendo la Torá, pero únicamente “volviéndole la espalada”, es decir, cumpliendo las mitzvot fría y rutinariamente. “Su boca y sus labios me honraron, pero su corazón estaba lejos de Mí”. “Y no sus caras”-esta “vuelta,” además, no se hace con deseo y amor en su interior.

Nuestros sabios establecieron así los Diez Días de Arrepentimiento como un tiempo para corregir ese estado de “volver la espalda.” Es el momento para dedicarse a D-os, a la Torá y a las mitzvot con amor interno, alegría y entusiasmo. Cada día debe uno devolver uno de los diez poderes del alma al modo de “dar la cara.”

 

(Torat Shmuel 5630, p. 302)