Estimados lectores:
Estamos en víspera del día del Perdón. El día más sagrado del año para los judíos. Muchos que no participan de los rezos regularmente se hacen de un momento para ir al templo en Iom Kipur.
Este año, la mayoría de los templos del mundo, estarán con rezos muy limitados y en algunos lugares directamente las sinagogas estarán completamente cerradas.
Como debemos llevar todo lo que nos ocurre en la vida a la reflexión, no puedo evitar pensar que tener tantos templos cerrados en este día sagrado y de perdón nos debe llevar a reflexionar.
¿Cuál es el rol de la comunidad? ¿De la sinagoga?
Rezamos en grupo y no en forma individual porque sabemos que cuando las plegarias se unen tienen otro valor, otra fuerza. Llegan más alto.
Pero para eso tenemos que sentirnos unidos en nuestro destino. Si el ámbito comunitario es de competencia, de frivolidad, de ir a ver y ser visto, no estaría cumpliendo su rol esencial.
En muchas comunidades, perdimos el ojo solidario. ¿Qué pasa con esta familia? ¿Y esta mujer viuda? ¿Y estos niños huérfanos? ¿Y los que dejaron de venir? ¿En mi comunidad hay silencio cómplice? ¿Nos preocupamos y estamos al tanto de lo que le pasa el que reza al lado mío o no?
Todas las Kehilot por hermosas y unidas que sean, tienen mucho que mejorar en este sentido. Se me ocurre que este año con su Iom Kipur tan diferente sea el puntapié para que empecemos a apreciar realmente el valor de vivir en comunidad y cuando podamos abrzarnos de nuevo que sea un abrazo genuino y real.
¡Gmar Jatima Tova!
Rabino Eli Levy
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