Di-s le dio al pueblo judío 613 mitzvot en la Torá. Existen siete mitzvot adicionales que los profetas y rabinos de los antiguos tribunales judiciales establecieron durante el primer milenio después de la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. Los rabinos también instituyeron muchos decretos adicionales con el propósito de preservar los 613 mandamientos originales.

Cuando un tribunal rabínico instituye una nueva mitzvá o decreto y es aceptado por el pueblo judío, se convierte en parte de la Torá y el judaísmo. De hecho, la Torá dice: “De acuerdo con la ley que (los tribunales rabínicos) instruyen y de acuerdo con el juicio que te digan, harás; no te desviarás de la palabra que te digan, ni a la derecha ni a la izquierda”.1 Así, la Torá nos ordena que prestemos atención a las instrucciones de los grandes tribunales rabínicos.2

1. Recitar Halel

La mitzvá del Halel consiste en recitar los Salmos 113-118, que alaban a Di-s, en ciertas ocasiones especiales.

El Halel se recita en las festividades de Sucot, Sheminí Atzeret (Simjat Torá), Janucá, Pésaj y Shavuot para mostrar nuestra gratitud a Di-s por los milagros que conmemoramos en esos momentos. Cada una de estas festividades celebra los milagros que Di-s ha realizado para el pueblo judío. Una de las formas de expresar nuestro agradecimiento es recitando Halel. Además, existe una antigua costumbre de recitar una versión abreviada del Halel en Rosh Jódesh (y los últimos seis días de Pésaj).

2. Bendiciones

Los rabinos escribieron varias bendiciones (berajot) de alabanza y gratitud a Di-s para recitarlas en todo tipo de ocasiones. Son numerosas las bendiciones que se dicen antes de tener el placer de comer, beber u oler fragancias. También hay bendiciones que se recitan antes de hacer una mitzvá. Cada categoría de comida u olor, y cada mitzvá, tiene su propia bendición prescrita. También hay bendiciones que se dicen al presenciar un fenómeno natural espectacular, como al ver una estrella fugaz. También se dicen bendiciones al pasar de un vino mediocre a un buen vino, al regresar a un lugar donde le ha ocurrido un milagro a uno mismo o a sus antepasados, al ver a un amigo después de un largo período de tiempo, al ingresar a un cementerio, al ver una hermosa persona, al ver ciertos animales y más.

3. Lavado de manos antes de comer

Antes de comer pan, está ordenado lavarse las manos. La razón de esto es que los alimentos sagrados y las ofrendas del Templo no se pueden comer con impureza ritual. Los rabinos decretaron que, dado que la gente toca constantemente todo tipo de cosas, las manos deben ser tratadas como si fueran impuras. La forma de deshacerse de esta impureza es a través del lavado de manos. Para asegurarse de que se lavarán las manos antes de comer los alimentos sagrados, los rabinos ampliaron esta ley y decretaron que uno debe lavarse las manos cada vez que va a comer pan.

4. Eruv en Shabat

Los rabinos impusieron ciertas restricciones en Shabat y festividades. El eruv es un mecanismo que hace que estas restricciones sean más permisivas. Hay tres tipos de eruv:

1. En Shabat, la Torá prohíbe llevar cualquier cosa de un área cerrada a un área abierta, o viceversa. También está prohibido transportar más de cuatro codos a una área abierta y pública, conocida como reshut harabim. Los rabinos extendieron esta prohibición a un área menos pública, conocida como karmelit. Por tanto, no se puede llevar un bebé o un libro por una calle, de una casa a la calle, o de la calle a una casa. El propósito del eruv es solucionar este inconveniente extremo. El eruv transforma en un dominio cerrado toda el área en la que se desea llevar cosas. Al unir los numerosos dominios cerrados y no cerrados, se permite el transporte, al igual que se permite el transporte dentro de una casa. Un eruv se puede hacer lo suficientemente grande como para contener vecindarios enteros, o se puede hacer alrededor de un área pequeña, como un camino de entrada o una acera junto a una casa.

Hacer el eruv es un proceso de dos pasos. Primero, un cercamiento técnico está hecho de una serie de paredes, cuerdas montadas en postes, colinas empinadas o cables.

El siguiente paso es que todos los que viven dentro del cercado posean alimentos juntos. Esto se puede lograr recolectando una pequeña cantidad de comida de todos los judíos que viven en el área, o si una persona le da la propiedad de parte de su comida a los demás. Dado que el área está cerrada y los residentes comparten la comida (aunque simbólicamente), se considera como una casa, dentro de la que se permite llevar cosas.

2. El segundo tipo de eruv se llama eruv tejumín. En Shabat y festividades, los rabinos prohibían caminar más de 2 000 codos más allá de la residencia más alejada de una ciudad. Si uno desea caminar más allá de esta distancia en Shabat, debe crear una residencia temporal más allá de esa residencia periférica. Esto extiende la frontera de la ciudad y permite caminar hasta 2 000 codos desde esa residencia temporal. La forma de crear esta residencia es colocando la comida más allá de las afueras de la ciudad antes de que comience Shabat o la festividad.

3. El tercer tipo de eruv se llama eruv tavshilín. Una de las diferencias entre las festividades y Shabat es que en las festividades uno puede cocinar en una llama preexistente, mientras que toda acción de cocinar está prohibida en Shabat. Sin embargo, incluso en festividades, se puede cocinar solo lo que se usará durante ese día, y no con la intención de usar la comida después de la festividad. Surge un problema cuando una festividad cae en viernes. ¿Cuándo se debe preparar la comida para Shabat? No se puede preparar comida en una festividad para el día siguiente, y tampoco se permite cocinar en Shabat. Para resolver esto, los rabinos decretaron que se deben preparar dos alimentos y reservarlos para Shabat antes de la festividad, que simbólicamente sirven como el comienzo de la preparación de alimentos para Shabat. Por lo tanto, cualquier cocción posterior realizada en la festividad se considera una continuación y finalización de la preparación que se inició anteriormente y, por lo tanto, está permitida. La comida que se prepara antes de la festividad para este propósito se conoce como eruv tavshilín.

5. Velas de Shabat

Los viernes por la noche, justo antes del comienzo del Shabat, cada hogar judío debe encender velas (generalmente al menos dos) en honor al día especial. Las velas también se encienden antes del inicio de Rosh Hashaná, Yom Kipur, Sucot, Sheminí Atzeret (Simjat Torá), Pésaj y Shavuot. Los rabinos introdujeron esta práctica para garantizar que el Shabat y las festividades fueran pacíficos y tranquilos, sin que la gente tropezara en la oscuridad.

6. Purim (Meguilá)

En el año 355 a. e. c., el pueblo judío fue salvado milagrosamente por la reina Ester y Mordejai del exterminio. Los sabios de esa época, a pedido de la reina Ester, instruyeron a todos los judíos para celebrar una festividad alegre llamada Purim el 14 (o 15) del mes de Adar, que es el aniversario de la salvación.

Hay cuatro mitzvot de Purim que forman parte de la celebración. La dramática historia fue escrita en la Meguilá (rollo) de Ester. Leemos la Meguilá una vez en la víspera de Purim y una vez al día siguiente. Las otras mitzvot de Purim son tener una fiesta, dar dos obsequios de comida a otro judío y dar dinero a por lo menos dos personas pobres.

7. Janucá

Esta festividad se realizó en el primer aniversario de la victoria de los Macabeos sobre el ejército griego en el año 139 a. e. c. Cuando los judíos regresaron al Templo Sagrado después de la guerra, encontraron solo una pequeña jarra de aceite para encender la Menorá. Milagrosamente, el aceite que parecía insuficiente siguió ardiendo durante ocho días, momento en el que se obtuvo más aceite puro.

En Janucá celebramos la victoria del pequeño ejército judío que recuperó el Templo Sagrado y el milagro de la pequeña jarra de aceite.

Janucá tiene una duración de ocho días a partir del 25 del mes de Kislev, que es cuando los judíos regresaron jubilosos al Templo para repararlo y redecorarlo, y cuando tuvo lugar el milagro del aceite. Las mitzvot de Janucá son encender la menorá y recitar Halel en agradecimiento a Di-s por los milagros que realizó.