Uno de los Jasidím del Alter Rebe, tenía un yerno que era un gran sabio de la Torá y que no pertenecía a ninguna rama de Jasidím. Pasaron algunos años y el joven se desvió del camino de la Torá, dedicando la mayoría de su tiempo a montar a caballo, vanagloriándose de su idoneidad sobre los equinos. Su suegro le pidió que lo acompañara a visitar al Rebe, más el muchacho contestó que sólo iría montando su caballo. Cuando llegaron a Liozna, el Alter Rebe le preguntó: "¿Dime cuál es, en esencia la diferencia entre un caballo bueno a uno que no lo es?"

-contestó el joven:"En el mismo tiempo en que el caballo débil recorre un kilómetro el fuerte avanza cuatro".

"¿Y qué sucede cuando el caballo fuerte se equivoca de camino?, ¿Acaso no se internaría más rápidamente en el bosque?", pregunto el Rebe. " Es cierto, reconoció el muchacho, "pero al darse cuenta de su error, retornará mucho más aprisa".

El Rebe repitió esas últimas palabras con mucho fervor, y de pronto el hombre comprendió la intención del Alter Rebe, y se sintió conmovido retornando al poco tiempo al camino del bien.