El Reb Levi Itzjak de Berditchev relató esta parábola cuando se iba a tocar el shofar:
Un rey viajaba en una ocasión en el bosque y se perdió. No podía encontrar el camino de vuelta a la ciudad, y entre más buscaba, más se perdía-hasta que se encontró a un hombre que lo reconoció como el rey, y lo escoltó fuera del bosque y de vuelta a su palacio. El rey luego lo recompensó con muchos presentes, y lo elevó a la poderosa posición de ministro.
Al tiempo, sin embargo, el hombre cometió un acto que fue considerado de rebeldía contra el rey, y fue sentenciado a muerte. Antes de ser llevado afuera para ser ejecutado, el rey le dijo: “Pide cualquier cosa y se te dará.”
El hombre replicó, “Pido la ropa que vestía cuando escolté a Su Majestad el día que estaba perdido en el bosque, y que Su Majestad también use la ropa que vestía en ese momento.”
Cuando el rey oyó esto dijo, “Por tu vida, te habéis salvado,” y suspendió la ejecución.
El significado de la parábola es que cuando D-os le dio la Torá a Israel, se la ofreció primero a todas las naciones del mundo. Todas se rehusaron, excepto Israel, quien voluntariamente aceptó el yugo del Cielo y cumplir los mandamientos del Creador.
Pero ahora los hemos transgredido y nos hemos rebelado, como el hombre en la parábola, y con la llegada del Día del Juicio, sentimos miedo. Por lo tanto, hacemos sonar el shofar para recordar el toque de shofar que acompañó nuestra aceptación original de la Torá y la coronación de D-os. Además, deseamos coronar a D-os de nuevo como Rey sobre nosotros en Rosh Hashaná. Este mérito nos favorece, y D-os nos perdona todos nuestros pecados y nos anota de inmediato para una buena vida.
(Hemshej Vekacha 5637, ch. 70)
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