Estimados lectores:

Leemos en la Torá sobre el nazir, el nazareno, que se abstiene de tomar vino y se deja crecer el pelo de algún modo demostrando su oposición a los excesos de lo mundano.

El Talmud nos dice que el sacrificio que debe traer el nazir al culminar su promesa es para resarcir su error de abstenerse de los placeres que le da la vida, si Di-s nos puso el vino es para que lo aprovechemos, no para que lo prohibamos.

El vino en el judaísmo tiene un lugar especial, lo encontramos presente en cada fiesta para consagrar el día, no se fomenta el consumo de vino pero si tiene un lugar especial en nuestra tradición.

Creo que el mensaje del judaísmo frente al placer, es que debemos aprovechar lo que Hashem nos da pero en forma consagrada, disfrutar del vino en Shabat o en fiestas, no en forma compulsiva que nos puede llevar a una adicción.

Así también el resto de las cosas materiales, debemos disfrutarlas y elevarlas, no obsesionarnos y convertirnos en esclavos de ellas. Ese es el camino que nos enseña la Torá.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy