El rabino Daniel Zelione y su esposa Maia sirvieron como Shlujim en la ciudad de Rosario, Argentina, durante trece años; se ocuparon en ese tiempo de realizar múltiples actividades comunitarias, especialmente con los jóvenes universitarios; el rabino también integró y participó en la Jevra Kadisha.
Actualmente residen en Buenos Aires, Argentina donde trabajan como Shlujim en Beit Jabad de Olleros. Tienen como objetivo primordial, motivar a los jóvenes adolescentes y universitarios; ellos son subdirectores del programa “Aieka Tarbut”
Esta historia sucedió con el rabino Daniel Zelione, Sheliaj del Rebe en la ciudad de Rosario, Argentina.
Trabajó alrededor de diez años en la Jevra Kadisha de Rosario. Un día, el rabino Zelione estaba en la zona sur de la ciudad, visitando a un amigo, que le había comprado unos Tefilin para su hijo, quien había comenzado a estudiar Torá con él; su amigo, aprovechó la visita para agradecerle el crecimiento espiritual que había percibido en su hijo.
El rabino se sintió muy satisfecho al escuchar esas palabras de gratitud y, en vez de regresar con el bus, decidió caminar, pensando, que seguramente encontraría a alguien para hacer una Mitzvá.
Comenzó a transitar, pero, no encontró a nadie; de modo, que, resolvió regresar a la parada del bus. Estando ahí, alguien gritó: ¡rabino Zelione! cuando se volteó notó que era el doctor E, lo saludó y comenzaron a conversar; de repente le dijo, rabino, necesito pedirle un favor, con gusto, dime de qué se trata, respondió al instante.
Me contó que una tía suya había fallecido hacía algunos años y no tuvo hijos, pero, sí, seis sobrinos. Entre todos, quisiéramos mandar a hacer la lápida y, nos gustaría que usted oficie la ceremonia para descubrirla. Cuenta conmigo, fue mi respuesta, y le entregué los datos del marmolero, para que se comunicaran y acordaran los detalles.
Se fijó la fecha, y casualmente, una de las sobrinas que vivía en México no pudo viajar, pues a causa del brote de la gripe A, el país se encontraba en cuarentena; al llegar al cementerio, se encontraron con una situación, que el rabino Zelione, en sus diez años en el cargo, nunca había visto… la lápida no estaba lista.
Los sobrinos de la difunta llamaron al marmolero para quejarse y él alegó que le habían dado una fecha distinta, esa respuesta condujo a una larga discusión y todos quedaron frustrados.
Finalmente se calmaron y el rabino, les explicó el concepto de la Hashgajá Pratit, la Divina Providencia Individual. Les dijo que por algo pasan las cosas y como ya estaban en el cementerio, debían decir unos capítulos de Tehilim en honor a la tía.
Cuando la lápida estuvo lista, nos reunimos de nuevo en el cementerio para realizar la ceremonia y en esta oportunidad la prima de México estuvo presente.
En el momento en que el rabino levantó la tela que tapaba la tumba, para iniciar con el ritual, se le destempló la piel… ella había fallecido, varios años atrás, la misma fecha en que estaban en el cementerio para realizar la ceremonia en su memoria.
Para Reflexionar
De manera sutil pero poderosa podemos apreciar la Divina Providencia. ¿Cuál era la posibilidad de que la lápida no estuviera lista en la fecha acordada? Es algo que no suele ocurrir. Lograron reunirse de nuevo, estando presente la prima de México, exactamente, la fecha del aniversario de la tía fallecida.
Esta historia nos conduce a reconocer que todo lo que nos pasa es parte de un Plan Divino y aunque a veces parezca, que, las cosas no están saliendo como deberían, es cuestión de tiempo, para que podamos descubrir el trasfondo de las experiencias que vivimos.
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