Esta es la historia de cómo el rabino Yosi Ludman logró comprar la actual sede de Beit Jabad de Morón, en la Zona Oeste de Buenos Aires, Argentina.
Todo inició en noviembre del año 2003, cuando nos donaron nuestro primer Sefer Torá, fue un evento muy alegre en el patio de mi casa. En cierto momento, uno de los donantes le manifestó al Sheliaj principal de Argentina, el rabino Tzvi Grunblatt, que en Morón no teníamos una Mikve, el rabino Grunblatt asió el micrófono y dijo: “Nuestros sabios nos enseñan que en caso de que necesitemos construir una Mikve se puede vender un Sefer Torá.
Estoy seguro que nosotros no queremos vender nuestro Sefer Torá, hagamos un esfuerzo ahora mismo, para juntar el dinero necesario y construir una Mikve”.
Con la ayuda de D-os, ese día, recolectamos diez y ocho mil dólares. Ahora, se nos presentaba un gran dilema, nuestra sede era alquilada, no podíamos construir una Mikve ahí, tendríamos que comprar un terreno para hacerla y si íbamos a comprar un nuevo terrero, lo lógico, era adquirir un lugar apropiado en donde funcionara Beit Jabad y la Mikve, aunque teníamos solamente diez y ocho mil dólares, comenzamos a buscar un nuevo edificio.
Estuvimos largo tiempo indagando, hasta que finalmente encontramos un terreno espacioso y cómodo para edificar nuestra nueva sede, pero, era demasiado costoso, además, teníamos que invertir mucho dinero para arreglar el lugar.
Estuvimos negociando el precio aproximadamente por un año, logramos que lo bajaran a ciento cuarenta mil dólares. A pesar de que era un buen precio, únicamente teníamos diez y ocho mil dólares, era el dinero que habíamos recolectado en el evento del Sefer Torá.
Como era una buena oportunidad decidimos ocuparnos en recaudar más dinero y logramos juntar treinta mil dólares, justamente, la cifra necesaria para firmar el convenio de compra; ahora, teníamos tres meses adicionales para recolectar el resto del dinero. En caso de no poder cumplir con lo estipulado, perderíamos todo el dinero entregado, pero, seguimos adelante con nuestro propósito confiando siempre en el apoyo de D-os.
Con mucho entusiasmo me dediqué de nuevo a colectar el dinero que faltaba, pero, no lograba alcanzar mi objetivo; se aproximaban las Altas Fiestas y mis múltiples obligaciones como rabino, no me permitían ocuparme como hubiera deseado con la campaña de buscar más fondos.
El día anterior a la fecha en que se cumplían los tres meses, estaba en mi casa con mi esposa pensando qué hacer y de pronto sonó el teléfono, eran los dueños del edificio, para decirme que se les había presentado un problema relacionado con los impuestos de la propiedad y que tendrían que alargar un mes la firma del contrato de compra, les dije que por nuestra parte podíamos esperar.
Llegado el mes siguiente, me vuelven a llamar para solicitarme otra prórroga de un mes y al siguiente mes sucedió exactamente lo mismo, aunque todavía no teníamos el dinero necesario para firmar el documento de compra, esta vez, les dije que necesitaba el lugar para comenzar las actividades.
En vista de la situación, se ofrecieron a entregarme la llave del edificio para que yo pudiera empezar con las labores que tenía previstas, y me solicitaron un plazo de tres meses para finiquitar la compra del edificio.
Para que pudiéramos formalizar el contrato de compra, transcurrió casi un año, teniamos el tiempo a nuestro favor y gracias a D-os logramos recaudar todo el dinero y realizar la compra.
Aquí no termina la historia, ya teníamos el edificio y no podíamos utilizarlo debido al deterioro de sus instalaciones, necesitábamos una gran suma de dinero para acondicionarlo y, nuestra sede alquilada tenía filtraciones y varias averías importantes.
Convoqué a todos nuestros donantes a una reunión urgente para explicarles la situación, pensando, que en vista de las circunstancias, económicamente podía contar con ellos.
Casi todos dijeron lo mismo: alquila el nuevo lugar y vas reuniendo el dinero… con gran convicción le dije a los asistentes que hacía un par de días, había leído una carta del Rebe, en donde una persona, le exponía una situación muy parecida, y le preguntó si debía seguir adelante con el proyecto
La respuesta del Rebe fue: “yamshij veigmor”, que continúe y que la termine. El Rebe ya me dijo que tengo que seguir adelante, los que quieran colaborar bienvenidos. No voy a desechar el proyecto, el Rebe dijo: sigue adelante y termina el proyecto.
Los donantes me manifestaron que el ímpetu de mis palabras los convenció para seguir adelante; con la ayuda de Hashem, unos meses después, inauguramos con inmensa alegría nuestra nueva sede, con una Mikve, una sinagoga y un Jardín de Infantes.
Para Reflexionar
Esta historia nos muestra un ejemplo perfecto de la máxima conocida como Lejatjila Ariber, que en idish significa “directamente por arriba”
La gente dice que “cuando no hay manera de pasar por debajo, se intenta por arriba, y yo digo que directamente se debe ir por arriba”; el cuarto Rebe de Lubavitch decía: “que desde un principio hay que ir por arriba” él confío en D-os y logró que su sueño se convirtiera en una realidad.
Sobre el autor
Hace veinte años el rabino Yosi Ludman y su esposa Jani, emisarios del Rebe en la Zona Oeste de Buenos Aires, Argentina; su Beit Jabad está ubicado en la localidad de Morón, y su labor comunitaria incluye la Zona Oeste. Uno de los logros más destacados es su institución educativa, Ilan School, una escuela primaria con jardín de infantes.
Adolescentes, jóvenes, adultos o personas de la tercera edad se conectan con sus raíces y encuentran respuestas en lo espiritual y lo material.
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