Estimados lectores:

El simbolismo de una vela con su llama representando al cuerpo y al alma está muy presente en el judaísmo. Lo vemos en el hecho que cuando una persona fallece encendemos una vela en su memoria, así también en Iom Kipur una vela para recordar a nuestros seres queridos y muchas mujeres en Shabat encienden una vela por cada miembro de la familia para que haya bendición sobre ellos.

En el encendido de las luminarias de la menorá comparamos también el encendido de la llama vital nuestra alma. Encender un alma es inspirar a una persona a que vea la vida con otros ojos, más espiritual, más elevada de lo meramente material.

La Torá nos enseña que a pesar que el Cohen Gadol era encargado de acomodar las mechas de la menora y organizar el aceite, el encendido en si mismo, podía ser hecho por cualquier persona incluso si no era cohen.

Todos tenemos la responsabilidad de inspirar a otros, de levantarle el espíritu a quien vemos caído. No solo los lideres, los rabinos, los maestros, cada uno puede lograr encender a otro y cambiarle la vida.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy