Estimados lectores:
Cuando me preguntan cuál es el secreto para alcanzar la divinidad y conocer a Di-s, contestó que el primer paso es la ayuda al prójimo, haciendo algo para alimentar a otro ser humano. Sin ese primer paso es imposible lograr ningún crecimiento espiritual.
Nuestro patriarca Abraham entrega su vida a la búsqueda de Di-s, y al final de sus días se dedica a alimentar a los vagabundos del desierto, el momento culmine los vemos en nuestra parashá cuando Di-s se le revela, pero él espera que aparezca algún forastero hambriento.
De acá entendemos que Abraham prioriza el hambre de un extraño a la máxima revelación divina. Pero me gustaría llevarlo aún más lejos, no son dos elementos separados la revelación de Di-s y el prójimo hambriento, de hecho, el mensaje divino se termina revelando a través de estos vagabundos que eran realmente ángeles.
Es absolutamente imposible conectarse con lo divino si no hay un interés genuino en entregarse por otro ser humano (no solo hambriento de comida, puede necesitar un oído que escuche, un hombro para llorar, educación, etc).
Busquemos a Di-s en los ojos de quienes tenemos delante, estoy seguro que lo vamos a encontrar.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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