Cuando sólo tenía doce años, era un muchachito bastante salvaje e ingobernable. Y le era muy difícil sentarse y estudiar Torá. Así que él y otros dos muchachos de la Ieshivá con naturalezas similares, recibieron varias tareas especiales para mantenerlos ocupados de manera positiva.
En una posada, una docena de Jasidim comerciantes, estaban calentándose cerca del fuego. El grupo incluía hombres de ciudades y pueblos de Rusia y Polonia, todos con el propósito de viajar a la feria anual en Leipzig.
Después de que el hombre de negocios judío se fue, la madre llamó a su hijo y lo reprendió. El niño miró a su madre con sorpresa. Sus ojos transmitieron sus pensamientos: Mamá, ¿cuál es el problema? Después de todo, es sólo un judío.
Viendo que la puerta estaba entreabierta, entró y vió a Rabí Iaakov Koppel bailando extasiado frente a su mesa de Shabat llena de comida deliciosa.
By Shoshannah Brombacher
Rabí Iaakov Koppel cantó y bailó durante un largo rato hasta que finalmente paró y notó la presencia del Baal Shem Tov. Le dio la bienvenida cálidamente, y el Baal Shem Tov le preguntó:
Reb Biniomin Kletzker era un maderero acaudalado. Uno de los lugares donde Reb Biniomin tenía una de sus madereras era en la costa del rio Daugava cerca de Riga, Latvia.
Rabino, ¿Por qué le niegas a Di-s su sustento? - le preguntó Rabí Israel.
Told by the Lubavitcher Rebbe
Vestido como uno más de los campesinos, él viajaba de pueblo en pueblo y le preguntaba a la gente como estaban a medida que los conocía. “Baruj Hashem, con la bendición del Todopoderoso, todo está bien” contestaban estos simples judíos pero creyentes y temerosos de Di-s.
El frio se hacía intolerable y penetraba en sus huesos. A medida que la noche avanzaba, el visitante, sin tener a donde ir siguió golpeando la puerta
El frio se hacía intolerable y penetraba en sus huesos. A medida que la noche avanzaba, el visitante, sin tener a donde ir siguió golpeando la puerta con fuerza mientras el rabino apenas unos metros adentro seguía estudiando al calor de su hoguera sin prestar atención a los ruidosos golpes en medio de la gélida noche.
Una vez estaba en una habitación en la que se encontraban debatiendo estrategia militar cuando de repente entró el mismo Napoleon y acusó a Moshe de ser espía y sin dejarlo reaccionar puso su mano en el pecho para ver si su corazón latía con fuerza demostrando su culpabilidad.
Llegó un momento en que Pinjas ya no se sentía cómodo viviendo en la comunidad judía, y se mudó al otro lado de la ciudad donde se construyó una gran mansión.
Un judío llamado Reb Najum, se mudó de la ciudad de Praga a una pequeña ciudad llamada Sebezch, que estaba ubicada-en esos días- entre el límite de Polonia y Suecia. La aldea era parte de las posesiones del noble polaco Bantesh Zinkwitz, quien mantenía una relación amistosa con los judíos de Sebezch