"¡Hey hombre! ¿Por qué está tan desanimado?" oyó una voz amigable preguntar. Levantando los ojos, se encontró con un anciano de cara muy pura, con una barba plateada...
El alma del Baal Shem Tov, como fue revelado por Rabí Adam Baal Shem, fue el Guilgul - transmigración- de la santa alma de un simple judío que vivió en Safed en el año 5333. Este hombre sencillo solo sabía rezar pero fue una persona humilde y modesta...
"En recuerdo eterno de la Casa de Di-s. Esta sinagoga se ha levantado por la generosidad de un donante cuyo nombre permanecerá oculto, quién contribuyó con la suma de 110 napoleones de oro".
"¡Hemos hallado que todos estos hogares poseen mezuzot escritas por Rabi Moshé Sofer, y aún más extraño es el hecho de que hay una letra borrada del Nombre Divino en cada una de ellas!
"Déjame ilustrar cuán precioso era un caballo cosaco. Un caballo ordinario costaba 10 rublos; un buen caballo joven, 20 rublos; un caballo de carrera, 50 rublos; y un caballo cosaco, 500 rublos"
Dos días después, cuando Rabi Sholom estaba haciendo su ronda, encontró un monstruoso perro negro. El perro estaba sentado en los escalones donde, hacía tres noches, el judío ahora muerto había emboscado al rabino.
Ese jueves, una conocida suya, una anciana mujer, le sugirió que recibiera una bendición de Baba Sali antes de la operación. Dijo que conocía a alguien que había estado paralizado, y con todo fue sanado merced a su bendición
“Pero lo que no logro entender, son esos preceptos que tratan sobre temas del corazón; por ejemplo, cuando la Torá nos prohíbe pensar en algo destructivo y errado. ¿Qué puede hacer uno si estos pensamientos entran en su mente? ¿Puede acaso controlarlos?”
Tras kídush, cuando todos ellos estaban reunidos alrededor de la larga mesa, sintiéndose renovados por el espíritu festivo del Shabat, un gentil repentinamente entró en la habitación y pidió un trago de vodka.
“Soy un judío ignorante, apenas puedo pronunciar las palabras del libro de rezos"
Por Yanki Tauber
“Soy un judío ignorante,” explicó con vergüenza. “Apenas puedo pronunciar las palabras del libro de rezos, y descifrar las instrucciones escritas en hebreo sin puntos está más allá de mi capacidad.
"Fue a hipotecar su bastón de plata y le dio el dinero a su padre."
Por Yerachmiel Tilles
A pesar de que estaban bastante cortos de fondos, él respondió que “sí” para no desilusionar a su padre. Al rato, fue a hipotecar su bastón de plata y le dio el dinero a su padre.
"Sara hizo caso omiso a la propuesta de matrimonio, pero cuando él insistio, ella le respondió que jamás se casaría con un no judío."
Por Yerachmiel Tilles
Sara hizo caso omiso a la propuesta de matrimonio, pero cuando él le repitió que lo decía con serias intenciones, ella le respondió en forma amable pero firme que ella era judía y que jamás se casaría con un no judío.
Una vez, un judío de condición simple le pidió prestados cien rublos por cuatro meses
Por Yerachmiel Tilles
Rabí Shmuel tenía mucho cuidado con todo lo referido a las cuentas del fondo de préstamos. Siempre se aseguraba de que la gente devolviera sus préstamos en la fecha indicada
"Un estudiante que tiene sus zapatos rotos puede –Di‑s no lo permita– resfriarse y verse impedido de estudiar y rezar. Ser conscientes de esto es una expresión de la unicidad de Di‑s"
La tierra seca se rajaba, las hojas se caían de los árboles y los animales estaban desfalleciendo. Hacía meses que no llovía y la zona sufría una sequía extrema
El reb Eliézer Lipa era un judío simple pero fiel que vivía en la ciudad de Tarnów, en Galicia. No estaba bien versado en la Torá ni sabía el significado de la mayoría de sus rezos diarios, pero siempre rezaba con el minián .
¿Quién podría resistir semejante invitación a inmiscuirse en asuntos ajenos? El dueño de la posada se puso cómodo en el pasillo y se instaló para disfrutar de los detalles de la confesión de su huésped.
Vestido con harapos, y con un par de cubos de agua apoyados sobre sus doblados hombros, el hombre levantó la vista sorprendido por el grupo que veía en el camino.
Como líder espiritual de un territorio extenso, el rabí Meir se aseguraba de recorrer cada pueblo y caserío judío de la región al menos una vez por año.
El sanador del pueblo intentó con todos los remedios, el médico de la gran ciudad recetó una dieta de alimentos sanos, pero la pobre niña seguía sin poder moverse.
Una noche de invierno, la familia dormía. De repente, los despertaron golpes en la puerta. Vela en mano, el maestro abrió, y encontró a un hombre medio congelado y cubierto de nieve.
Una vez sucedió que el hijo de una familia no judía decidió convertirse al judaísmo, una ofensa que podía costarle caro en esos tiempos en los que era ilegal para un cristiano abandonar su fe.
¿Cómo se suponía que los pobres desgraciados juntaran dinero confinados en sus celdas?
Por Menachem Posner
El rabí Israel Baal Shem Tov (un amante consumado del pueblo judío) solía pasar de viaje largas semanas, durante las que encontraba a los inquilinos encarcelados y juntaba fondos para su liberación.
Era un día frío y gris, y él se encontró de repente en territorio desconocido.
Por Menachem Posner
Una vez sucedió que un joven hombre de Slutzk viajó a Volinia por trabajo. Era un día frío y gris, y él se encontró de repente en territorio desconocido.
Tengo la solución perfecta para usted —le dijo uno de los que se encontraban con él.
By Zalman Ruderman
El trabajo era abrumador y los beneficios, escasos. Aun así, Israel era feliz. Llevaba cada día su caballo y su carreta destartalada a las montañas para llenarla de arcilla. Cuando completaba una carga, conducía a su fiel pero añoso caballo al mercado, donde vendía su mercadería a ladrilleros y alfareros por apenas el dinero suficiente para comprar comida para él y para su esposa Jana, y algo de avena para su caballo.
“Rebe”, lloraba ella, “¡usted es mi última esperanza! Mi marido me abandonó hace años, y necesito seguir con mi vida. Dígame, ay, dígame, ¿qué debo hacer?”.
Cuando Stepanovich se dio cuenta de que Eliezer y sus hijos construían una ampliación a su casa, diseñó un plan para ponerlos en peligro
por Miriam Paltiel Nevel
La bobe Rojel Lea pelaba papas para la sopa en la cocina mientras escuchaba la conversación entre su marido y el presidente del pueblo, y las lágrimas corrían por su rostro, parcialmente cubierto por el pañuelo que caía desde su frente.
A mi derecha estaba mi amigo Berl, y a mi izquierda mi amigo Zalman. Iosel se sentaba delante de mí. Recordaba sus caras, los juegos que jugábamos, los secretos que nos contábamos.
El Rebe miró a su alrededor. Era obvio que sólo el había escuchado el anuncio. “¿Alguien ha escuchado sobre un Tzadik llamado Shmerl el sastre?” preguntó a sus Jasidim.
¡Despiértate! Exclamaban los niños. Decididos de que se había desmayado, los adultos también comenzaron a preocuparse y uno corrió a buscar a un doctor. Vino, pero el tampoco pudo despertarlo ni entender que le había pasado. Sugirió que lo dejaran dormir. Otro haría el Kidush.
Rabi Pesaj Shapira, padre de Rabi Tzvi Elimelej de Dinov (conocido como el Bnei Isasjar por el nombre de su libro), era un melamed (maestro de niños) itinerante . Había acordado que permanecería en la casa de su patrón Reb Asher la mayor parte del año, enseñaría a sus hijos, y recibiría sus sueldos antes de cada Festividad.
Su socio, furioso, le gritaba: “¡Me cansé! No me queda otra opción que disolver nuestra sociedad.
Por Eljanan Isaacs
Rabí Iosef llegó a la tienda muy entrada la tarde. Se encontró con que su socio, furioso, le gritaba: “¡Me cansé! No me queda otra opción que disolver nuestra sociedad.
Era invierno, y cuando partieron comenzó a nevar y los fuertes vientos los apartaron del camino blanco. Perdieron el rumbo y se encontraron en un bosque.