Todos sabemos que el futuro del judaísmo está complicado, muchos jóvenes se alejan. Salvo en las líneas más ortodoxas, la perspectiva se ve muy difícil. Pero, no podemos ser todos religiosos. Entonces, fuera de la observancia de la Torá, ¿Qué podemos transmitir a la próxima generación para inspirarlos a que continúen siendo judíos?
Respuesta
A veces la pregunta contiene la respuesta. Es como que un pez pregunte, “salvo en el agua ¿Cómo puedo sobrevivir?” La respuesta es evidente, puedes intentar buscar otra, pero no hay.
Un pez fuera del agua no muere instantáneamente. Al contrario, al salir del agua se lo ve muy activo. Salta y baila, parece incluso más activo que adentro del agua. Un observador ignorante puede pensar que el pez está mejor en la tierra firme que en las profundidades del océano.
Pero sabemos la verdad. Esta danza trágica no dura mucho. Todo ese movimiento intenso no indica buena salud, por el contrario, es un intento desesperado de aferrarse a la vida.
Un judio sin Torá es como un pez fuera del agua. Podemos danzar por un rato, saltando de una ideología a la otra, de una causa a la otra, pero no es algo duadero. Solo puedes durar como judío sin Torá durante una generación, como máximo dos. Luego el movimiento cesa por completo.
Ha existido una sola respuesta a la continuidad del pueblo judío, y es la observancia de la Torá y sus preceptos. Una casa kosher que cuida el Shabat y las fiestas, una educación judía autentica transmitida por personas que vivencian el judaísmo, una conexión personal y directa con Di-s a través del estudio de la Torá y la participación comunitaria a través de asistir a la sinagoga, esta es el agua que necesita el alma judía para sobrevivir.
No tiene nada que ver con ser “Ultraortodoxo”. Tiene que ver con vivir el judaísmo en forma genuina y eso es accesible para cualquiera. Cada uno a su manera, con mente crítica y con entusiasmo, lleva el debate de la Torá a tu casa. Eso va a asegurarte el futuro judío, del mismo modo que definió el pasado judío.
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