Pregunta:

¿Cuál es la diferencia entre el judaísmo Ortodoxo, el judaísmo Conservador y el judaísmo Reformista?

Respuesta:

Posiblemente no sea la persona indicada para responder a esta pregunta ya que, personalmente, no creo que haya "ismos" en ser judío. Simplemente somos judíos, con nuestra Torá y nuestra voluntad de ser judíos.

Sin embargo, voy a tratar de dar una descripción objetiva de lo que estos "ismos" significan en términos prácticos:

Hasta el Siglo XIX éramos meramente judíos. Manteníamos la Halajá, -es decir la interpretación rabínica de las normas y pautas de la Torá- y durante 3.000 años, desde el Sinaí, venimos manteniendo una firme tradición. Si algún individuo o grupo se desviaba de la Halajá, generalmente era alejado del pueblo judío.

Luego vinieron los Reformistas. Su punto de vista era: "las cosas están cambiando. Ahora sabemos que no hay necesidad de mantener la kashrut, el Shabat, la circuncisión o creer en un retorno a Sión". En Alemania decían: "Berlín es nuestro Jerusalén". En los EE.UU. era Washington.

Luego vinieron los Conservadores: Su punto de vista era: "Estos rabinos reformistas han ido demasiado lejos. Es preciso conservar algunas de las tradiciones básicas del judaísmo". De modo que revivieron una forma de alimentación kasher, del Shabat y de la circuncisión. Pero no estaban demasiado convencidos con respecto al tema Washington.

Aquellos judíos que no seguían estas líneas de pensamientos eran catalogados como "Ortodoxos". Ellos nunca pidieron ser llamados así, pero éste fue el nombre que se les dio. En lo que me es personal no me veo como ortodoxo, ya que pienso acerca de mi judaísmo como algo muy radical y bueno, poco ortodoxo.

Tampoco veo el motivo que puede haber para reformar mi judaísmo. Preferiría que mi judaísmo me reformara a mí. Después de todo, aquellas cosas que los padres de la reforma vieron como algo obsoleto ahora están de moda nuevamente y son cada vez más populares. Por ejemplo, en los últimos diez años el número de alimentos kasher que hay en el mercado se incrementó en un 2000%. Y en lo que se refiere a Jerusalén, la realidad es bastante obvia. En 1948 el movimiento reformista dio una marcada media vuelta.

Ahora bien, apuesto que con lo anterior he provocado más preguntas que las respuestas que he podido ofrecer. Pero eso está bien porque es parte de lo que es ser judío, poder pensar libremente y plantear preguntas.