Reb Elie Abeler el mercader, era un hombre común. Una vez en una audiencia privada con el Rebe Maharash, el Rebe le dijo “Elie, te envidio. Viajas a tantas ferias y te encuentras con tantas personas. A veces durante el negocio, incluyes algún tema judaico o alguna historia del Talmud, despertando el interés de tu colega en el estudio del Talmud o del Jasidut. Esto genera una gran satisfacción en los cielos y el Todopoderoso recompensa esta transacción con bendiciones para los hijos, salud y sustento en abundancia, cuanto más grande es la feria más trabajo hay y más grandioso es el sustento ganado.”
(Haiom Iom, 16 de Iar)
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