1. El Talmud es el eslabón que une la Torá con la practica judía
Las escrituras hebreas (la Torá) es la base de la práctica y las creencias judías. Pero los versículos a veces son muy sucintos y contienen significados ocultos. Desde la entrega de la Torá, el pueblo judío estudió la Torá acompañada de la tradición oral (también de origen divino) que aclara y expande la sabiduría de la Torá. Estas tradiciones orales y muchas más fueron compiladas en el Talmud. Así es como ocurrió…
2. El Talmud está basado en la Mishná
Después de la destrucción del Segundo Templo y el desmembramiento de la vida y la erudición judía, Rabí Iehudá Hanasí editó el primer compendió de enseñanzas de la tradición oral conocido como la Mishná, en el año 189 de la era común.
La Mishná está compuesta de breves enseñanzas sobre los diferentes aspectos de la ley judía. A pesar de registrar muchas leyes en la Mishná, aun quedaron detalles que quedaron afuera que son llamados baraitot. Los sabios los seguían transmitiendo y estudiando durante siglos estas enseñanzas en forma oral hasta que se decidió escribirlas también.
3. Hay dos versiones del Talmud
El Talmud se escribió en dos centros de estudio: Uno en la Galilea (al norte de Israel) y el otro en Babilonia. Si bien tenían dialogo, mensajes y cartas entre los sabios de los distintos Talmud, no eran iguales en las tradiciones ni tenían el mismo tipo de aprendizaje. A punto tal que el sabio babilónico Rab Zeira ayunó 100 días para olvidarse la forma de estudio babilónico y ser merecedor de aprender el estilo del Talmud de la Tierra de Israel.
A medida que se desintegró la vida judía en la Tierra de Israel, las enseñanzas de los sabios galileos se escribieron (aunque no fueron correctamente redactadas) en lo que hoy conocemos como el Talmud de Jerusalem (Talmud Ierushalmi). Y varias generaciones después, a principios del siglo V finalmente se codificaron las enseñanzas del Talmud Babilónico (Talmud Babli).
Los dos talmudes se pueden describir como el comentario a la Mishná, pero en realidad son mucho más que eso ya que si bien se analiza y aclara cada Mishná, se agregan muchas otras cosas como parábolas, historias y costumbres.
4. El Talmud de Babilonia es el principal
El Talmud de Babilonia se completó más tarde y en un contexto más tranquilo lo que permitió que esté mejor redactado y terminado. Ademas, los principales rabinos de la era post-talmúdica eran de la escuela babilónica, por esto, el Talmud de Babilonia es el principal hoy en día. Del Talmud de Jerusalén hay muchos fragmentos que se han perdido, y lo que tenemos se basa en algunos pocos manuscritos que sobrevivieron. Por eso, cuando alguien menciona al Talmud, sin especificar cuál, casi seguro se está refiriendo al Talmud de Babilonia.
5. El Talmud tiene otros nombres: Guemará y Shas
La palabra talmud significa estudio, muy relacionado con la palabra Talmid, estudiante. Los comentarios talmúdicos a la Mishná son conocidos como la guemará, la palabra aramea para “culminación”, ya que la misma nos da el contexto completo y la interpretación para entender la Mishná. Desde la Edad media, el nombre Guemara es el preferido para referirse al Talmud entre los judíos estudiosos. En parte para evitar llamar la atención de las autoridades cristianas que aborrecían el Talmud, al que veían como una amenaza a sus tradiciones.
Shas es un acrónimo de shisha sedarim, “los seis órdenes”. La expresión más comúnmente utilizada cuando uno estudia el Talmud es “estudiando Guemara” pero cuando hablamos de todo el compendio en su totalidad decimos “El Shas”, ya que comprende los seis tratados de la Mishná.
6. El Talmud está escrito en (al menos) dos idiomas
La mishná fue escrita en hebreo. Los sabios del talmud por otro lado hablaban y escribían en arameo, con los dialectos de la tierra santa y de Babilonia que difieren entre sí. El texto del Talmud intercala el arameo babilónico con el hebreo de las menciones a la Mishná y los sabios contemporáneos de la tierra santa (que casi nunca son mencionados en el arameo de Galilea). Del mismo modo el talmud de Jerusalem intercala el hebreo con el arameo de Galilea.
7. El Talmud está ordenado por tema
La Mishná está compuesta de seis sedarim, “ordenes”, cada uno de los que cubre un área de la ley judía: agricultura, festividades, matrimonio y divorcio, jurisprudencia civil, los sacrificios del templo, pureza ritual. Cada uno de estos ordenes está dividido en tratados, masejtot. Un tratado tiene varios, perakim, capítulos, cada uno de los cuales tiene varias mishnaiot, párrafos.
Ya que muchas de estas temáticas (como las leyes de la tierra o las del Templo) ya no tienen aplicación práctica fuera de la tierra de Israel después de la destrucción del Templo, se perdieron los comentarios del Talmud Babilónico sobre muchos de estos tratados.
8. Hay dos tipos de rabinos en el Talmud
Un sabio de la época de la Mishná es conocido como un tana, mientras que un sabio de la época talmúdica es conocido como un emorá. Siguiendo la tradición judía que una generación más cercana a la entrega de la Torá en el monte Sinaí tiene una mejor tradición y más sabiduría, la regla general es que un emorá no puede discutir con las enseñanzas de un tana.
¿Cómo se puede saber cuál es un tana o un emorá? Acá les doy un pequeño truco:
A pesar que el termino rabino hoy en día es de uso bastante común, en el antiguo Israel, solo un gran sabio de la Torá que era considerado merecedor se le daba este título tan especial en una ceremonia conocida como la semijá. Ya que los sabios de Babilonia no vivían en Israel, no recibieron la semijá y eran conocidos simplemente como rav tanto y tanto. Por lo que si uno se encuentra con un nombre precedido por la palabra rabí podemos asumir que era un tana de la Mishná o un emorá de la tierra de Israel. Por otro lado, si tiene el título rav podemos deducir que es un emorá de Babilonia.
9. Es una serie de conversaciones que duró siglos
Mucho de lo que vemos en el Talmud está en formato de diálogos. Se dice una frase y se hace preguntas sobre esa frase, se barajan posibles respuestas y se refutan, se proponen otras y así sucesivamente por páginas enteras. Cuando vemos con cuidado los nombres de quienes se le atribuyen las preguntas y las respuestas (muchas veces quedan anónimas), uno puede ver entre líneas siglos de sabiduría y análisis profundo condensado en pocas líneas. Como cualquier conversación puede correrse del tópico y hablar de temas que corresponden a otro tratado por páginas enteras.
10. Nunca se sabe lo que viene
La discusión talmúdica se da entre personas reales que están tratando arduamente de aplicar la palabra de Di-s a la vida real. Por eso, a pesar que el grueso del Talmud es textos analizando los versículos de la Biblia y las leyes de la Torá, pero también incluye consejos médicos, historias, dichos populares y hasta consejos para teñir telas
11. Los detalles son importantes en el Talmud
En el Talmud nada es trivial o irrelevante, por lo que a veces la conversación puede derivar en escenarios imposibles. ¿Qué sentido tiene debatir cosas que nunca ocurrirán y que no le pasarán a nadie en la historia? Porque es parte de la sabiduría divina y mientras tu intelecto trata de entender la mente divina, uno se conecta con El de una forma muy intensa.
12. El Talmud se estudia en la Ieshivá
El Talmud fue desarrollado casi en su totalidad en academias talmúdicas, conocidas en hebreo como Ieshivá (“lugar para sentarse”) o beit hamidrash (casa de estudio). Sus paralelos en arameo son metivta y bei midrasha. Hasta el día de hoy los alumnos de la Ieshivá pasan muchas horas al día analizando el Talmud y sus comentaristas.
13. El estudio del Talmud es en voz alta y en movimiento
El Talmud se estudia tradicionalmente en vos alta con ciertos tonos, y cada parte de la “conversación” tiene otra entonación. Por ejemplo, las preguntas, las respuestas, las pruebas tienen otro tipo de entonación.
Esto ocurre tanto cuando uno estudia con un compañero (javruta) o cuando uno estudia solo. También es muy tradicional el movimiento pendular (shokel) mientras uno estudia, imitando una llama titilando con pasión y llena de calidez.
El beit hamidrash es un lugar ruidoso y vibrante, lleno de discusiones en diferentes idiomas.
14. Hay incontables comentaristas
Casi inmediatamente después de la culminación del Talmud, los estudiantes empezaron a compilar diferentes comentarios. El más popular es el comentario de Rashi, el líder del judaísmo ashkenazi del siglo 11, quien además hizo un comentario sobre todas las escrituras hebreas. En segundo lugar, están todos los sabios que hicieron comentarios hasta el siglo 16 (conocidos como los rishonim, los primeros) entre los que se destacan los autores de los tosafot (adiciones), muchos de los cuales eran descendientes directos de Rashí. A lo largo de los siglos, miles de comentarios fueron agregados, cada uno de ellos enriqueciendo la sabiduría de la Torá.
15. El Talmud fue impreso por primera vez por un no judío
Cuando surgió la imprenta, los imprenteros (especialmente la familia Soncino) empezaron a imprimir tratados del Talmud. La primera impresión completa fue hecha por Daniel Bomberg, un cristiano de Venecia del siglo 16. El texto del Talmud fue ordenado de forma tal que los comentarios de Rashi y Tosafot rodearan el texto central. Este formato resultó tan cómodo y conveniente que perdura hasta nuestros días.
16. El Talmud contiene 2711 paginas
La edición estándar del Talmud contiene 2711 páginas de doble faz y muchas más dedicadas a los comentaristas.
Cada página del Talmud es conocida como un daf o blatt (hoja en Idish), y cada lado es conocido como amud (columna). Las páginas se referencian en letras hebreas en lugar de números arameos. Por ejemplo, la segunda columna de la página 10 del tratado de leyes sabáticas sería Shabat, daf iud, amud bet, ya que las letras iud y bet son la décima y la segunda del alfabeto hebreo respectivamente.
Cuando se culminan las 2711 páginas del Talmud se realiza una celebración conocida como un sium hashas. Convertirse un experto en el talmud es una tarea que lleva toda la vida, ya que uno puede leer el mismo texto una y otra vez y encontrarle más profundidad y sentido.
17. Hay dos tipos de caligrafías en el Talmud
Tanto el hebreo como el arameo están escritos en letras hebreas clásicas de molde (conocido como ktav ashurit). De todos modos, las versiones clásicas del Talmud contienen otra tipografía para los comentaristas que es más redondeada como la cursiva y es conocido como letra de Rashi.
18. El Talmud fue quemado por los cristianos
En la edad media, la mayoría de los cristianos creían que el talmud era el principal impedimento para que los judíos abracen el cristianismo y que además había insultos a su religión. En el año 1244, el Rey Luis IX (luego canonizado como San Luis) de Francia hizo quemar 24 carretas llenas de volúmenes del Talmud fuera de la famosa Catedral de Notre Dame. En aquellos tiempos, los libros eran manuscritos con mucho esfuerzo y no era fácil reponerlos, por lo que esta quema fue un terrible momento para la comunidad judía de Francia.
19. Muchos memorizan el Talmud
El Talmud no es un texto que se lee una sola vez. Se debe estudiar una y otra vez. En las palabras del sabio talmúdico Rabí Iehoshua ben Korja: “Estudiar sin repasar es como plantar sin cosechar”.
Después de repetir el texto una y otra vez, con mucha concentración, es lógico que se termine fundiendo en la memoria. Es bastante normal, que un estudioso del Talmud sepa secciones enteras del Talmud de memoria. Uno de los métodos para probar que uno era un gran talmudista era pasar una aguja en un tomo del talmud y él podría decir que palabra encontraría la aguja en cada página.
20. Hoy en día, está traducido a muchos idiomas
En los últimos años el Talmud fue traducido a muchos idiomas, permitiendo que miles de judíos desde los Estados Unidos, Francia, Rusia y Latino América (entre otros) puedan estudiar en su lenguaje nativo.
21. Se puede estudiar el Talmud online
En los años 90´, se empezaron a difundir los casetes con cada página del Talmud. Con la llegada del Internet de alta velocidad, muchos maestros empezaron a grabar sus clases y a subirlas online. Hoy podemos encontrar cursos y clases del Talmud en diferentes idiomas. En español existe el proyecto Ta Shema que hace años difunde clases de Talmud.
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