1. Los judíos viven en Persia desde los tiempos bíblicos
Los judíos han vivido en Persia (actual Irán) desde la segunda parte del Primer Templo. De hecho, los eventos de Purim (como se registra en el Libro de Ester) tuvieron lugar en la capital persa, Shushan (también conocida como Susa), actualmente es la ciudad de Hamedan.
2. Varias figuras bíblicas están enterradas en Irán
En Iran, tanto judíos como musulmanes veneran las tumbas de Mordejai y Ester en Hamedán, del profeta Habacuc en Toyserkan (a una hora de distancia de Hamedán), del profeta Daniel en Shush (al sur de Irán) e incluso Seraj, hija de Asher, en Isfahan. Estos sepulcros reflejan la larga y rica historia judía de la región.
3. Sus rabinos son “mulás”
Además de rav y jajam, populares entre los sefardíes, los judíos persas también se refieren a sus rabinos como mulla que significa “maestro” en árabe (y persa).
4. Los judíos persas no son sefardíes
En general, se agrupan a todos los judíos del Medio Oriente bajo el término de sefardim. Sin embargo, los judíos persas tienen antiguas tradiciones que son anteriores al surgimiento de Sefarad en el siglo X. Es más exacto referirse a los persas y otros grupos de la región como Eidot Hamizraj, “Comunidades de oriente”.
5. La mayoría de los judíos se han ido de Irán
La población judía persa en la actualidad es de más de 10.000 personas, la más grande de Medio Oriente fuera de Israel. Sin embargo, es un resabio de los 300.000 judíos que vivían allí hace un siglo.
La migración de Irán comenzó como un goteó a principios del siglo pasado, se convirtió en un flujo constante tras el establecimiento del Estado de Israel, y en un torrente caudaloso tras la revolución de 1979.
6. Los judíos vienen de todas partes de Persia
Los judíos persas le dirán que su familia es Teherani (de Teherán), Shirazi (de Shiraz) o Isafahani (de Isfahan), y esto se refleja en los matices culturales, las tradiciones alimentarias y las costumbres que varían de una región a otra.
Al emigrar a otros países mantienen la identidad y las prácticas de la ciudad de origen de su familia incluso en una segunda y tercera generación, a menudo se casan entre familias de la misma región.
7. Sus apellidos son distintos
Muchos apellidos persas contienen el nombre de pila de un antepasado masculino (como Rahamim o Abraham) seguido de "zadeh", "yan", "pour" o "far", lo que produce nombres como Davidzadeh, Yomtovian, Chayempour y Nikfar. Otros reflejan profesiones o ciudades de origen (Teherani, Shirazi, Kashani, etc.).
8. La mayoría de los judíos persas viven en Israel
La diáspora judía iraní está dispersa en todo el mundo. La mayor concentración (estimada en 200.000 almas) vive en Israel, seguida por Estados Unidos, con grandes colectividades en Great Neck, Nueva York y Beverly Hills, California.
9. Los mashadis son diferentes
Los judíos persas que provienen de Mashhad son una clase aparte. En 1839 la comunidad se “convirtió” al islam, frente a la persecución manteniendo su judaísmo en secreto. Debido a esta peligrosa situación, muchos de ellos se exiliaron varias veces, incluso a lo que se convertiría en la URSS.
Los judíos Mashhadi mantienen sus nombres y costumbres y por lo general, solo se casan entre sí. Actualmente, viven en Milán, Italia y Great Neck, Nueva York.
10. Todavía hay vida judía en Persia
Hoy en día, en Iran se producen alimentos kosher, hay sinagogas, mikve e incluso ieshivot y centros de estudios. La comunidad judía tiene un representante en el parlamento iraní (majles) y generalmente es tolerada dentro de la sociedad musulmana.
El autor agradece a Goldie Yeroshalmi, nacida en Irán, por revisar este texto y proporcionar ideas y correcciones.
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