Imaginen que han estado trabajando en un empleo por años y años. Es trabajo manual duro y ustedes no están simplemente cansados, sino exhaustos, desmoralizados, agotados y frustrados. Y entonces, un buen día. Y entonces, un buen día, se presenta un nuevo personaje y promete un mundo de igualdad, recompensa y libertad final. ¿Le creen o están más allá de la esperanza? ¿Osarán buscar un mañana mejor y arriesgarse a quedar desolados y arrojados a la desesperación nuevamente o simplemente aceptarán su suerte y dejarán de soñar?
Así fue con nuestros antepasados en Egipto. Fueron esclavizados todos esos años cuando un nuevo rostro apareció y comenzó a hacer promesas. Moisés trajo un mensaje de Di-s de que estaban a punto de ser redimidos. Hay una Tierra Prometida. No todo está perdido. Hay una luz al final del túnel.
¿La respuesta de los judíos? Y ellos no escucharon a Moisés por cortedad de aliento y dura servidumbre
Un comentario explica que "cortedad de aliento" no debe ser entendido sólo literalmente. La palabra hebrea para aliento es ruaj, que también significa "espíritu". En otras palabras, no pudieron escuchar el llamado de Moisés no sólo por cortedad de aliento físico, sino porque les faltaba espíritu. Habiendo sufrido tanto tiempo de servidumbre, que ya no tenían fe ni esperanzas para creer que la liberación estaba en el reino de lo posible. Simplemente estaba más allá de ellos. Habían perdido el espíritu.
En la historia de Egipto ni un esclavo había escapado nunca. ¿Cómo podía toda una nación salir libre? Moisés era un soñador, deben haber pensado. No es realista sostener tan altas esperanzas solo para verse frustrados nuevamente. Y así el pueblo estaba profundamente abatido y sin espíritu y, por lo tanto, no podían oír, es decir, absorber el mensaje de Moisés.
Esto ocurre muy a menudo. La gente está tan firme en su mediocridad que abandona la esperanza de progresar. Los matrimonios se atascan en la rutina y el tedio sigue avanzando hasta que perdemos hasta el deseo de soñar. Y el pueblo de Israel, aun los más valientes líderes, están tan desanimados por años de guerra, desgaste y terror que se aferran a una paja imaginaria porque, básicamente, si somos honestos con nosotros mismos, simplemente han perdido la capacidad de resolver.
A menudo he citado un sabio proverbio oído en nombre del legendario jasid, Reb Mendel Futerfass: "Si pierdes tu dinero, no has perdido nada. El dinero viene y el dinero se va. Si has perdido tu salud, has perdido la mitad. No eres la persona que eras antes. Pero si has perdido la resolución, has perdido todo".
Moisés trajo nuevas esperanzas a una nación deprimida, sin sueños. Les devolvió el espíritu que habían perdido y eventualmente, por medio de los milagros de Di-s, la promesa se cumplió y el sueño se transformó en destino.
Estar sin aliento es normal. Estar sin espíritu es algo que el Pueblo Judío nunca puede permitirse. Que nunca perdamos el espíritu.
Únete a la charla