Vivir una vida judía plena afecta todos los aspectos de nuestra vida, desde lo que comemos, como utilizamos nuestro tiempo libre, que días trabajamos. Esto puede llevar a pensar: “Si todavía no estoy listo para dejar de trabajar en Shabat, tampoco tiene sentido que encienda las velas el viernes”, o “si comparto la cocina con familiares no judíos, no tiene sentido comprar carne kosher”.

Realidad: Cada Mitzvá tiene un valor infinito por si misma

Nadie dijo: “Como no soy millonario, voy a tirar 100 dólares a la basura”. No tiene sentido rechazar la oportunidad de hacer una mitzvá sólo porque hay otras a las que aún no estamos preparados para cumplir.

El judaísmo es una escalera en la que vamos subiendo a lo largo de nuestras vidas para acercarnos cada vez más a Di-s. Si puedes agregar una mitzvá a tu vida, ¡agrégala! Y cuando sea un hábito, agrega otra. Lento y constante.

Leer: ¿Está bien ser hipócrita?