Adoptar dos posiciones es algo falto de ética. Sin embargo en el judaísmo, en la ética contenida en la Biblia y expuesta por los sabios de Israel - abundan los dobles enfoques. De hecho, estos dobles esquemas constituyen el corazón de como vivimos y de lo que enseñamos al mundo — y en el corazón de lo que hace ética a la persona.

Un ejemplo de doble posición ética es la manera en la que miramos una tragedia, dependiendo de quien sea la victima. Cuando algo malo me sucede, la Torá me dice que debo confiar en la ayuda de Di-s, justificar Sus caminos, y examinar mis caminos, investigar que es lo que hice mal, de modo que pueda aprender una lección de lo ocurrido... sin embargo, estas son exactamente las cosas que no debo cuando es el otro el que esta ante una dificultad.

Otro ejemplo – también relacionado con una situación en que difiere la manera de tratarnos a nosotros y a los demás es que se supone que debemos juzgarnos por lo que hemos alcanzado realmente, y juzgar a los demás por lo que son capaces de realizar.

Pero quizás la más importante y fascinante doble posición del judaísmo es la manera en que aplicamos el mandamiento divino "no matarás".

Mucho se ha escrito del valor infinito que la Torá da a cada vida. Después del concepto de Monoteísmo, está la idea más revolucionaria que el judaísmo ha introducido a la humanidad - "revolucionaria" en el sentido que hecha por tierra todas las creencias previas y "revolucionaria" la manera en la que ha transformado la cara de la sociedad civilizada. Poner un valor infinito a cada vida humana significa un rechazo completo de cualquier "escala" para cuantificar y para calificar su valor. La vida de un bebe deficiente tiene el mismo valor que la vida de la persona más sabia en la tierra. La vida de un hombre en estado "vegetativo" no se puede sacrificar para salvar la vida de un genio de 20 años.

El Talmud cuenta la historia de un hombre que fue amenazado de muerte por un funcionario de la ciudad, a menos que asesinara a cierta persona. El gran sabio Rava dijo a este hombre: "que te hace pensar que tu sangre es más roja que la de la otra persona?" La ley de la Torá llega tan lejos como para establecer que una ciudad entera no puede ser salvada sacrificando la vida de un solo individuo. Porque cada vida tiene un significado Divino y por ende infinito. Diez mil infinitos no son "más" que un infinito.

A la luz del antedicho, nos sorprende encontrar en la Tora la siguiente ley ( derivada de Deuteronomio22:26): "Haba l'orgueja hashkem l'hargo" — "si alguien esta viniendo a matarte, levantarse contra el y mátalo primero." (Esta ley se aplica igualmente para alguien que viene a matar a un tercero – tu estas obligado a matar al asesino para salvar a su victima).

Esta ley parece contradecir el principio del valor infinito de la vida. Si ninguna vida se puede juzgar menos preciosa que cualquier otra, que es lo que hace a la vida de la victima más valiosa que la del asesino?

Además, esta regla se aplica a cualquier persona que está viniendo a matarte" Aun no ha hecho nada! Quizás no tenga éxito?! Aún puede cambiar de idea!? La ley no habla de intención. La ley dice: Si alguien está viniendo a matarte, levántate contra él y mátalo primero. La misma Torá que nos dice que Di-s colocó una chispa de sí mismo en cada ser humano concediéndole así a su existencia física un valor Divino, de infinita dignidad – es la misma Torá que le garantiza a cada persona el libre albedrío.

Incluyendo la opción y el poder corromper la vitalidad dada por Di-s, volverla contra si mismo, usándola para destruir la vida.

Una persona puede elegir convertirse en asesino – alguien que esta dispuesto a destruir una vida sólo para lograr sus propios intereses se convierte en un anti-vida. Matar a una anti-vida no es un acto que destruye la vida, es un acto que la preserva. No es una violación del mandamiento "no matar", solamente su afirmación. Sin la ley, "si alguien está viniendo a matarte, levántate contra él y mátalo primero," el principio del valor infinito de la vida no sería nada más que un lema vacío, una mera idea.

El judaísmo no es una idea. Es una forma de vida - ideas de Di-s hechas realidad.