¿ Escuchaste hablar del santo con el abrigo de piel?

Esta sentado en su casa, frente a una chimenea llena de leña. Pero no hay fuego, la casa está fría y todos tiritan.

Todos, menos él. Él se viste su abrigo de piel y está cómodo.

Entonces le preguntamos -¿Por qué no enciendes el fuego en la chimenea y así brindas calor a los demás también?

Y responde: -No sólo esta casa, sino todo el mundo está sufriendo un viento frío y cruel. ¿Qué se pretende de mí, acaso que brinde calor al mundo entero?

Le decimos que no esperamos que brinde calor al mundo entero, pero tal vez sí a una persona más. Tal vez a dos. Tal vez pueda brindar calor a un pequeño rincón del mundo.

Para una persona como yo -responde-, no es adecuado brindar calor sólo a un rincón.

Y así permanece sentado en su casa oscura y fría, bien cómodo con su abrigo de piel.

Di-s le informó a Nóaj que destruiría el mundo. Noaj preguntó qué debía hacer.

Di-s le dio instrucciones para que construyera un arca a fin dc salvar a su familia y a todas las especies animales. Construyó el arca.

Después del diluvio, Nóaj encontró un mundo desolado y vacío y rompió en llanto:

-¡Creador Misericordioso! ¿Cómo es posible que hayas hecho esto con tu creación?

Di-s respondió: -¿¡ahora lloras!? ¿¡Ahora te quejas!? ¡Tonto pastor! ¿Dónde estaban tus lágrimas cuando te hablé por primera vez? ¡Si hubieras protestado entonces, podrías haber salvado el mundo!

Nóaj era un hombre santo, pero era un tzadik envuelto en su abrigo de piel.

Abraham era un tzadik totalmente distinto. Di-s le dijo a Abraham que destruiría las ciudades de Sedom (Sodoma) y Amorá (Gomorra), corruptas y perversas hasta la raíz. Abraham protestó: -¡Quizás haya gente buena allí! ¿¡Acaso el Juez del mundo todo no Ha de hacer Justicia!?

Abraham tenía un sentido de responsabilidad por el mundo en que vivía. Si algo estaba equivocado era preciso corregirlo. Aún si había sido decretado por la voluntad de Di-s.

(Extraído del libro Trayendo el cielo a la tierra, de Tzví Freeman. Recientemente editado en español, Editorial Keter Torá-Sigal)