Estimados lectores:
Inspirar a otro de forma efectiva es una de las cosas más difíciles que hay. Que otra persona se entusiasme con algo que uno le transmite es uno de los desafíos más grandes de la educación y de la crianza de los hijos.
Unas de las metáforas más difundidas sobre la inspiración es “transmitir el fuego sagrado” “encenderlo” son ejemplos de una persona que recibe una fuerte inspiración de su mentor o maestro.
En nuestra parashá hablamos del encendido de la Menorá que debía ser hecho de forma tal que “la llama suba por sí misma” o sea que se encienda lo suficiente para tener fuerza propia y no necesitar más la llama del sacerdote que la está encendiendo.
Lo mismo pasa con los hijos o los alumnos cuando los estamos educandos debemos imbuirles esa inspiración y motivación de modo tal que queden prendidos incluso cuando nosotros nos hagamos a un lado la llama debe seguir ardiendo.
Cuando estaba en la Ieshivá escuche del Rab Tzvi Grunblat “Un bojer (estudiante) debe estar a 400 grados en la Ieshivá, porque cuando sale a la vida van a haber muchas cosas que lo van a intentar enfriar y entonces por lo menos va a seguir a 100 grados.”
Faltan pocas semanas para conmemorar los 30 años de la desaparición física del Rebe de Lubavitch, el Rebe fue el líder espiritual de nuestra generación y nos inspiró a todos sus seguidores de forma que tengamos la fuerza de arder y encender con fuerza propia y seguir iluminando al mundo hasta la llegada del Mashiaj.
Shabat Shalom
¡Rabino Eli Levy!
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