El Salmo 27 comienza con las palabras “Por David: El Señ-r es mi luz y mi salvación”. (Lea el texto completo en español aquí).

El Midrash nos dice que “mi luz” (אוֹרִי) se asocia con Rosh Hashaná y “mi salvación” (וְיִשְׁעִי) se asocia con Iom Kipur.1 También encontramos que un versículo posterior del Salmo, “Que me esconderá en su tabernáculo…” (כִּי יִצְפְּנֵנִי בְּסֻכּוֹ), se asocia con Sucot.2

Sin embargo, la costumbre de recitar este salmo desde Rosh Jódesh Elul hasta el último día de Sucot no aparece hasta mucho más de mil años después.

La primera mención de esta costumbre parece ser la obra Séfer Shem Tov Katán, del cabalista Rab. Biniamín Benish Cohen, publicada en 1706. Escribe que quien recita este salmo en un estado de santidad, pureza y gran concentración verá sus oraciones respondidas y que tiene el poder de anular los decretos Divinos severos.3

Aunque ésta parece ser la primera mención escrita, cabe señalar que algunos citan una tradición del Baal Shem Tov (1698-1760) según la cual fue el místico del siglo XVI Rab. Eliahu Baal Shem4 quien estableció la costumbre de recitar el Salmo 27 durante las Fiestas Mayores.5

Otra explicación es que se trata de un tiempo de misericordia Divina, como lo fue cuando Moisés logró el perdón para el pueblo tras el pecado del becerro de oro. Cada año, es el momento en que Di-s se muestra especialmente accesible, como un rey que sale al campo para ponerse a disposición de cualquier súbdito que desee saludarle.

Como se ve en la narración del tiempo de Moisés en las alturas asegurándose de obtener el perdón, un elemento clave de la misericordia de Di-s es la frase conocida como los “13 Atributos de la Misericordia”. Justamente, el Nombre de Di-s (el Tetragrámaton) se menciona 13 veces en este salmo.6

¿Cuándo recitarlo?

¿En qué oraciones debe recitarse este salmo? Los que siguen la costumbre núsaj Sefarad suelen recitarlo después de las oraciones de la mañana y de la tarde. La costumbre asquenazí común es recitarlo después de las oraciones de la mañana y de la noche.

También existen diversas costumbres en cuanto al momento exacto en que debe recitarse en el servicio de oración. La costumbre de Jabad es recitarlo en el servicio de la mañana inmediatamente después del Cántico del Día, y en minjá justo antes de Aleinu.

La premisa general es que lo recitemos mientras estemos siendo juzgados por el nuevo año. Así, algunos tienen la costumbre de recitarlo hasta Iom Kipur (el día en que Moisés obtuvo el perdón completo). Sin embargo, otros continúan hasta Sheminí Atzeret (o Simjat Torá). La costumbre de Jabad es recitarlo hasta Hoshaná Rabá, ya que es cuando el juicio es “sellado”.

Puesto que las costumbres son numerosas, cada individuo y cada comunidad deben abrazar sus tradiciones únicas, con la sincera esperanza de que todos seamos inscritos y sellados para un año nuevo y dulce.