La parashá de esta semana trata de las leyes del metzorá. Se trata de una persona enferma y afectada por manchas, apartado de todos los asentamientos. Ahora bien, para nuestra sorpresa, cuando el Talmud (Sanedrín 98b) pregunta sobre el nombre de Mashíaj – el redentor del pueblo judío, contesta que su nombre es ¡“metzorá”!
La razón que el Talmud da para llamar al Mashíaj metzorá es porque está escrito: “nuestras enfermedades él cargó, y nuestros sufrimientos soportó”. Sin embargo, si el Mashíaj soporta enfermedades y sufrimientos, ¿cómo sabemos que se trata de tzaráat?
También el Templo es llamado metzorá. Sobre el versículo “y el enfermo de tzaráat que tiene la mancha” dice el Midrash: “el enfermo de tzaráat - se refiere el Beit HaMikdash – Templo de Ierushaláim”.
La explicación reside en el significado profundo de las manchas de tzaráat. Es sabido que la tzaráat no es una enfermedad natural, sino un castigo específico del cielo (por hablar lashon HaRá - la mala lengua). La mancha de tzaráat es la revelación del poder del juicio celestial, que encuentra expresión en el mundo terrenal en forma de mancha.
Es por eso que la mancha en sí misma no indicaba impureza, sino que debía ser mostrada al Cohen y sólo cuando éste la identificaba como una mancha de tzaráat, recaía la impureza sobre la persona manchada. Cuando el Cohen establecía que se trataba de una mancha pura, no se trataba de una negación de impureza, sino de una revelación de la severidad celestial de santidad, un nivel espiritual muy elevado. El significado de que la mancha puede ser impura es que, en su descenso desde los niveles espirituales más elevados, algo negativo puede desencadenarse de la severidad celestial, hasta llegar a una mancha de tzaráat.
El significado de la severidad celestial, en su fuente, no es impartir castigo o evitar dar flujo de energía a las creaciones, todo lo contrario, como su nombre lo indica Guevurá, no significa solamente “severidad” sino también “poder” e “intensidad”, simbolizando la poderosa intensidad con la que Di-s envía su energía al mundo. Solo que cuando el receptor de energía con tamaña fuerza no está listo para recibirla, se expresa en juicios y dificultades.
Este es también el significado de la mancha de tzaráat: en su fuente espiritual, se trata de la intensidad de la santidad Divina. De aquí se desencadenan los “juicios duros” como son aún en los mundos espirituales y, más tarde, las manchas impuras.
Es por eso que Mashíaj y el Beit HaMikdash son llamados metzorá, para expresar el elevado nivel de santidad que se revela a través de ellos, una santidad con mucha intensidad, que supera toda medida y límite. Esta santidad se revelará a través de nuestro Justo Mashíaj y residirá en el Tercer Templo, porque en los tiempos de la Redención no habrá impedimentos, y la santidad se revelará en el mundo terrenal tal y cual es en su fuente espiritual.
Esto se logrará a través de que “nuestras enfermedades él (Mashíaj) cargó”. Con esto él refina al último de los judíos en la época actual de los “Talones de Mashíaj”, hasta que todos se vuelven recipientes adecuados para las “luces Divinas” de la Redención verdadera y completa, rápido en nuestros días.
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