La fuente bíblica del requisito de diez hombres para completar un "minian" (lit. conteo o número) es Números 14:27. Moisés envía espías para inspeccionar la tierra de Canaan. Diez de ellos volvieron y emitieron un informe en el que concluían que no era una tierra conquistable. D-os quedó sumamente desilusionado por la falta de fe en Sus dotes. Torna hacia Moisés y Aarón y les dice: "¿Hasta cuándo he de soportar a esta perversa congregación que se queja contra Mí?"

De acá se deduce que una 'congregación' está compuesta por diez hombres.

Ahora bien, en Levítico 22:32 D-os dice, "No profanen mi Santo Nombre y Yo me santificaré en medio de los hijos de Israel". Empleando un método de exégesis bíblica conocido como guezerá shavá, en el cual dos versos con idéntica terminología son comparados entre sí, este verso coincide con otro (Números 16:21) "Apartaos de entre esta congregación". La guezerá shavá nos enseña que una 'congregación' debe estar presente cuando se santifica a D-os. Entre los ejemplos de esta santificación están el recitado del kadish, la kedushá, el barjú, o la lectura pública de la Torá.

Al meditar un momento acerca de este concepto, se llega a una gran verdad: el poder que tiene cada judío como individuo. Supongamos que se encuentre reunido un grupo de nueve de los más respetados judíos, hombres que cumplen con todos los mandamientos y llegan a las profundidades de los secretos de la Torá, pero ellos, por sí mismos, no tienen la capacidad de completar un minián. Sin embargo, si a este grupo le sumas un judío sencillo, quizás alguien que no puede leer adecuadamente su oración o que no tiene real comprensión de lo que está diciendo, cuando este judío entra a la habitación ha logrado transformar al grupo en su totalidad, ha hecho que esté completo - un minian. Es por él que ahora podemos recitar las partes de la oración que solamente pueden ser leídas contando con un minian. Nunca subestimes el potencial que tiene cada judío.