Se cuenta la historia de Hymie, que estaba desesperado por tener éxito en los negocios.

Fue a la sinagoga y rezó devotamente: “Di-s, si me ayudas de algún modo, te daré el 10% de todo lo que gane”.

Nada sucedió.

Al día siguiente, Hymie rezó: “Di-s, te daré el 25% si me ayudas”.

Todavía nada.

Al día siguiente, “Di-s, te haré socio al 50% si me ayudas un poco”.

En ese momento, su mujer entró corriendo a la sinagoga. “¡Adivina qué, Hymie, nos han tocado cinco millones de dólares en la lotería!”

Hymie miró el cielo: “¡Oh, no te preocupes, Di-s, no pasa nada, me llegó el dinero por otra parte!".

La lectura de la Torá de esta semana describe cómo una persona puede “decir en [su] corazón que ‘mi fuerza y el poder de mi mano me hicieron esta riqueza’”. La Torá nos aconseja "recordar… que Di-s fue quien te dio la fuerza para generar riqueza”.

Se cuenta la historia de Rabí Levi Itzjak de Berditchev, quien vio a un hombre corriendo sin aliento por el mercado:

“¿Por qué corres tan rápido?”, preguntó el rabino.

“¿Cómo que por qué corro tan rápido? Me apresuro en busca de mi sustento”.

“¿Cómo sabes que tu sustento está delante de ti y corres para alcanzarlo? Tal vez esté detrás de ti, ¡y en realidad estás corriendo para alejarte de él!”

La tradición judía hace hincapié en el trabajo, la búsqueda de medios de subsistencia, el mantenimiento de la familia, la salida al mundo y la vida no monástica. Al mismo tiempo, nos esforzamos por seguir siendo conscientes del poder superior que guía nuestra vida, para darnos cuenta de que, en última instancia, no es “obra nuestra”, sino que en realidad procede de las bendiciones de lo Alto.

Es este reconocimiento lo que nos ayuda a tomar cierta distancia, a mantener una cierta espiritualidad incluso estando totalmente inmersos en preocupaciones por lo material.

En realidad, con demasiada frecuencia somos incapaces de estar absolutamente seguros de si vamos por buen camino en nuestra vida laboral o si vamos por mal camino, de si una determinada oportunidad o proyecto dará sus frutos o no. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que hay un poder superior implicado, de que nuestros esfuerzos tendrán éxito si eso es lo que Di-s quiere, podemos sentirnos seguros de que es más probable que vayamos en la dirección correcta.

Si alguien necesita una prueba de ello, fíjese en lo impredecible que es el mundo. Un alto ejecutivo puede estar ganando millones un día y caer en desgracia, perdiéndolo todo, al día siguiente. Otra persona, sin experiencia, tiene una idea brillante y se hace millonaria de la noche a la mañana. El mundo se describe como la rueda de un parque de atracciones que gira constantemente. A veces nos encontramos arriba y otras abajo. Cuando estamos en la cima, tenemos que recordar lo fácil que es acabar en el fondo, y que es debido a la providencia y la bondad de Di-s que estamos prosperando, no sólo a través de la "fuerza y el poder de mi mano". Esto también nos permite apreciar más profundamente que, de no ser por la gracia de Di-s, podríamos estar en el fondo y ayudar a los menos afortunados que nosotros.

De esta manera, que podamos disfrutar de verdadero éxito y prosperidad en todos los asuntos.