Estimados lectores:

La partida del mar tiene un poderoso simbolismo: revela las profundidades de lo oculto. El mar abrió sus profundidades para que todos las vieran, al punto de que una criada pudo contemplar más secretos que el más grande de los profetas.

Este Shabat conmemoramos Iud Shvat, el aniversario de la asunción del Rebe como líder de Jabad. Su primer discurso ya marcó el camino de su liderazgo, profundizando un concepto que todos los Rebes previos de Jabad habían enfatizado: el mundo es un lugar lleno de divinidad. Lo que ocurre es que esta divinidad está oculta a nuestros ojos, pero permanece latente y expectante, esperando ser descubierta.

El Rebe creía en cada persona y en el potencial infinito del alma humana. Veía un diamante en bruto en cada individuo. El gran desafío es revelar ese tesoro, descubrir la esencia pura, sin egoísmo y sin los obstáculos de las pulsiones materiales.

Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de encontrar estos tesoros; cada uno posee ese potencial infinito, aunque esté cubierto por múltiples capas.

El Rebe partió el mar en nuestra generación y nos enseñó a ver el mundo desde la óptica del potencial infinito, a salir de nuestra visión estrecha y a comenzar a creer que este mundo realmente puede convertirse en el Edén original.

¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy