Esta semana leemos en la Torá los diez mandamientos, algunos pueden llegar a pensar que son ordenes divinas que no están conectadas una con la otra, pero en realidad todas tienen la misma base. Di-s se revela al pueblo y les indica cómo hacer que la divinidad perdure y esté presente en sus vidas, sabiendo que la revelación no iba a ser eterna y la clave de toda la Torá es que con los preceptos logremos imbuir divinidad en todos los aspectos de la creación. Veamos cada uno de los mandamientos:
El primer mandamiento. YO, soy Di-s, tu Señor.
No hay una orden concreta.
YO: es la única vez que Di-s se refiere a sí mismo como Yo, su versión más íntima y personal.
Di-s: El que está más alla de la Creación del Universo, el que trsciende todo es Tu señor el que está presente en tu vida cotidiana, en los detalles del día a día, no son tres entidades distintas, nuestra misión es lograr que lo más profundo de la intimidad de Di-s se nuestro señor, sea parte de nuestra vida cotidiana.
Segundo mandamiento: No tendrás dioses ajenos.
La idolatría suena como algo del pasado. Pero está más presente que nunca. Cuando le das control de tu vida a cualquier cosa que no sea Dios, es idolatría. El enojo, la soberbia, la angustia, la ambición desmedida, son idolatría.
Tercer mandamiento: No usar el nombre de Dios en vano. No justifiques tu odio a los demás en Dios, el no tiene nada que ver con tu miseria. Es tentador aprovecharse del otro y manipularlo en nombre de Di-s, es fácil discriminar al otro y ser intolerante “porque no están lo sufiecientemente apegados a Di-s”. No lo metas a Dios en tus bajezas, deja su nombre afuera de esto.
Cuarto mandamiento: Recuerda el Shabat para descansar. Toda la semana luchamos contra la realidad para bajar la divinidad a los planos más mundanos, esto requiere esfuerzo y asegurarnos que cada acción este encauzada a ser consagrada. Pero un día a la semana es para uno. Apaga el celu. En Shabat no se lucha, se recoge lo trabajado. Solo con descasar y disfrutar ya nos consagramos y santificamos.
Quinto mandamiento; Respeta a tus padres Este mandamiento está en la frontera entre los mandamientos de Dios y los del prójimo. Justamente porque los padres son un poco de Di-s y un poco el prójimo. Te dieron la vida y aunque no te hayan dado nada más que eso, estás acá por ellos y debes respetarlos.
Sexto al noveno: No matar. No adulterio. No robar. No mentir como testigo. Así como el primero te exige conectarte con lo más elevado de Dios, los últimos cinco te muestran lo bajo que podes caer si no tenes presente a Di-s y das rienda suelta a tu egoísmo.
Décimo mandamiento. No envidiar. Todo lo que tenes es lo que necesitas y lo que te hace falta viene de Dios. Si te empezas a obsesionar con lo que tiene el otro y mirar al vecino, no vas a tener nunca paz mental ni tranquilidad y te falta fortalecer tu fe.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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