Pregunta:
La película "Bruce Todopoderoso" plantea algunos interrogantes interesantes. La película trata sobre un hombre que tiene el trabajo de Di-s por una semana. Algunas de soluciones que se presentan a estos interrogantes me han ayudado en mi búsqueda personal.
¿Si usted podría ser Di-s por una semana, qué haría? ¿A quién ayudaría? ¿Qué castigos implementaría? ¿Cómo manejaría esta impresionante responsabilidad?
Respuesta:
No he visto la película, pero me es familiar el guión. En 1983, el Rabino Aryeh Kaplan, escribió un libro llamado "Si fueras Di-s" que presentaba este mismo panorama. Podría interesarle su lectura que ver su perspectiva. Estoy seguro que hay muchos trabajos similares con distintas perspectivas. Aquí está la mía.
Usted plantea la pregunta como algo teórico: ¿Si podría ser Di-s qué haría? Pero según el pensamiento judío esto no es algo hipotético; ¡sino es una realidad!
Di-s ha dotado a cada uno de nosotros con una chispa divina, una porción de si mismo, a la cual nos referimos generalmente como "el alma." Esta chispa divina es nuestra verdadera identidad; nuestro cuerpo y la "personalidad" que viene con él son simplemente los vehículos a través de los cuales nuestra alma se expresa.
Nuestros cuerpos son humanos. Pero nuestras almas son divinas. Desde la perspectiva del alma, tenemos las mismas cualidades que Di-s mismo. Estamos hechos a su imagen.
1) Tenemos libre albedrío.
En verdad, solo Di-s puede tener libre elección. Porque para poder tomar elecciones verdaderamente libres, debemos estar por encima de cualquier influencia que pueda interferir en la elección de un camino o el otro. Si elijo algo por presión, por ignorancia o por hábito, no estoy haciendo uso del libre albedrío.
Di-s es el único que está por encima de cualquier influencia. Desde la perspectiva del cuerpo, un humano es influenciado por el entorno, la educación, la genética y el estado de humor. Eso significa que no somos en realmente libres en nuestras elecciones. Científicamente, somos esencialmente máquinas que tomaremos elecciones basadas en influencias externas o internas. Pero eso es solamente según nuestra naturaleza fisica. Desde la perspectiva espiritual, no somos tan unidimensionales. Di-s nos ha dado un pedazo de si mismo, un alma, y ésta es la esencia de nuestro ser, que esta por encima de cualquier influencia. Nuestra alma nos permite elevarnos por encima de nuestra propia naturaleza y que seamos libres de elegir, incluso en contra de ella.
Así pues, al igual que Di-s, tenemos libre albedrío. Nuestro destino está en nuestras propias manos.
2) Somos creadores.
Aparte de poder inventar, construir e incluso reproducirnos (cosas que los animales también pueden hacer), nosotros, los seres humanos, en esencia, somos creadores.
La Cábala (el misticismo judío) enseña que cada acción que hacemos no sólo afecta el mundo alrededor nuestro, sino que también crea nuevas fuerzas espirituales. Cuando realizamos un acto de bien creamos un "ángel bueno," una fuerza positiva de energía. Por otra parte, cuando actuamos egoístamente o destructivamente creamos un "ángel malo" — una energía negativa. A través de nuestras vidas acumulamos legiones de estas criaturas que son nuestras propias creaciones, y se agitan alrededor de nuestras almas. La energía negativa puede ser destruida e incluso transformada en positiva, si nos arrepentimos del mal que hemos cometido y arreglamos lo dañado. Estos ángeles son nuestros, y nosotros decidimos su destino.
Al igual que Di-s, somos creadores, y nuestras creaciones están en nuestras manos.
3) Podemos cambiar la dirección del mundo entero.
La energía del alma es ilimitada. Mis pensamientos, palabras y acciones pueden empujar el mundo entero hacia su último propósito, o retrasar la realización de ese propósito. El Talmud dice que uno debe ver al mundo como si estuviera en un equilibrio exacto entre el bien y el mal. Mi próxima acción puede determinar la forma de que se incline la balanza para un lado o para el otro — ¿traeré más corrupción, dolor y lamento al mundo, o promoveré la paz, la felicidad y la armonía?
Al igual que Di-s tenemos libre albedrío, creamos y controlamos a nuestras creaciones, y el destino del mundo entero está en nuestras manos.
Di-s habría podido crearnos de otra manera. Él no tenía que darnos tal energía. Pero él tomó el riesgo. Él colocó el mundo en nuestros corazones; en nosotros Él invirtió parte de si Mismo. Porque él confía en que nosotros haremos bien el trabajo.
La pregunta no es "¿Qué haría si fuera Di-s?" sino "Di-s me dio Su poder; ¿cuál es mi próximo paso?"
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