No des caridad.

Dar caridad significa ser generoso y dar el dinero propio a otros. ¿Pero quién dice que es tu dinero? Es dinero confiado a ti para ser aplicado para fines buenos y para dar a otros cuando lo necesiten.

Cambia de actitud. En vez de hacer algo generoso, haz lo correcto, lo justo: Pon el dinero donde corresponda.

Esto lo denominamos Tzedaká.

No reces.

Rezar significa que hay dos entidades, una entidad elevando una petición a otra entidad superior.

En vez de rezar, conéctate. Únete con tu Creador, para que la energía divina sea canalizada por ti y penetre nuestro mundo, para curar a los enfermos, para hacer caer la lluvia sobre los campos...

Esto lo denominamos Tefilá.

No te arrepientas.

Arrepentirse significa dejar de ser malo y tornarse bueno.

Pero tu ser esencial es siempre bueno. Lo malo está sólo en la superficie. Por eso, en lugar de arrepentirte, retorna. Retorna al yo esencial y a lo que legítimamente te pertenece. Esto lo denominamos Teshuvá.