La fuente de esta prohibición es Levítico 19:28: "No grabarás un tatuaje en tu cuerpo". Esta prohibición se aplica a todos los tatuajes, también a los hechos para propósitos médicos, por ejemplo guiar a un cirujano para hacer una incisión.

Aunque algunos comentaristas creen que éste es uno de los jukim de la Tora — los mandamientos que superan el intelecto humano –igualmente hay comentaristas que ofrecen algunas explicaciones para esta prohibición:

1) El cuerpo humano es una creación Divina, y por lo tanto es inapropiado mutilar la obra de Di-s, especialmente para los miembros del pueblo elegido por Di-s. Uno debe creer que Di-s, el artesano más grande de todos, nos creó de la manera más apropiada, y no debemos cambiar esta forma. Cambiar el cuerpo (salvo por razones de salud) es equivalente a insultar la obra de Di-s.

2) Antiguamente se acostumbraba que los devotos de un ídolo se tatuaran como muestra de pertenencia a esa deidad, al igual que un animal es marcado por su dueño. En muchas ocasiones la Torá prohíbe las prácticas que emulan las costumbres paganas -considerando que seguir sus tradiciones es el primer paso hacia las creencias idólatras.

3) La circuncisión es la única marca en nuestros cuerpos de nuestra relación con Di-s. Crear otras muestras en nuestro cuerpo debilitaría y degradaría esta marca especial.