Es el precepto con el cual se nos ordenó engrandecer a la simiente de Aharón, honrarlos, enaltecerlos y atribuirles virtudes de santidad y honra; e incluso si se negasen a ello — no hemos de oírles, todo ello en aras de honra a Di-s, exaltado sea, por cuanto los tomó para Su servicio y la ofrenda de Sus sacrificios.

Es lo que El dijo: Y lo santificarás, pues el pan de tu Di-s él ofrenda; sagrado será para ti.

Sobrevino como explicación: "Y lo santificarás — para toda cosa sacra: para comenzar primero [en la (lectura de la) Torá, para bendecir primero, y para tomar una buena porción primero". También en la expresión del Sifrá: "Y lo santificarás — contra su voluntad"; vale decir, que este precepto nos ha sido ordenado a nosotros y no depende de la voluntad del Sacerdote. Y así dijeron: "Sagrados serán para su Di-s — contra su voluntad; Y serán sagrados — (viene) para incluir a los (Sacerdotes) que poseen defectos". Que no digamos: puesto que éste no es adecuado para ofrendar el pan de su Di-s, ¿por qué hemos de considerarlo mejor y brindarle gloria y grandeza? Por ello dijo: Y serán sagrados — la simiente honrada toda: íntegro y defectuoso.

Las condiciones que les corresponden—y es entonces cuando se debe actuar con ellos de este modo—ya han sido explicadas en lugares dispersos en la Guemará (—Talmud, Tratados de) Makot, Julín, Bejorot, Shaba y demás.