Es el precepto con el cual se nos ordenó que todo hombre zav, si se curó de su flujo, ofrende un sacrificio. Este sacrificio consiste en: Dos tórtolas o dos palomas (...) una para 'Jatat' y una para 'Olá'. Este es el sacrificio del zav, y él es falto de expiación hasta que lo ofrende.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y cuando el 'zav' se purifique de su flujo... yen el octavo día tomará para sí dos tórtolas...
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