Es el precepto con el cual se nos ordenó que todo metzorá ofrende un sacrificio si se curó de su afección. Este consiste de tres animales: Olá, Jatat, Ashám, y un log de aceite. Si es pobre, ofrenda un cordero como Ashám y dos tórtolas o dos palomas, una como Olá y una como Jatat. Este es el cuarto de los carentes de expiación.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y en el octavo día tomará dos corderos indemnes y una cordera.
Y si alguien ha de decir: ¿A qué se debe que no enumeras los sacrificios de los 'faltos de expiación', todos, como un único precepto, dado que poseen un concepto que los agrupa —y éste es la falta de expiación—; así, éste hubiera sido una de las clases de purificación de la impureza, y hubieras dicho: 'El precepto tal, es el precepto con el cual se nos ordenó que no sea completa la purificación de algunos impuros —y estos son: zav, zavá, parturienta y metzorá— hasta que no ofrenden sacrificio', puesto que así enumeras la purificación en la Mikvé como un único precepto —sea cual fuere el impuro que de (inmersión en) ella se hizo pasible— y no tomas en consideración el tipo de impureza con que se impurificó? ¡Del mismo modo podías haber enumerado a los 'faltos de expiación' como un único precepto, sin que tomes en consideración al tipo de su impureza!
Di-s sabe por siempre que ciertamente así debería haber sido, si el sacrificio de cada uno de los 'cuatro faltos de expiación' hubiera sido un mismo sacrificio invariable —tal como la purificación en el agua, que es una clase de purificación y obligatoria para todo impuro—. Mas por cuanto que han variado sus sacrificios, tal como tú ves, a la fuerza se debe enumerar cada sacrificio independientemente, pues aquello con que se completa la purificación de éste no es lo mismo con que se completa la purificación de aquel. De modo, pues, que esto es como Mei Nidá, Mei Mikvá, y las cuatro clases que hay en metzorá — que son tres preceptos a pesar de que todos son para la purificación de impuros, como he de explicar.
Las leyes de estos 'cuatro faltos de expiación', y las de sus sacrificios, han sido explicadas ya en general y en detalle en los Capítulos Primero y Segundo (del Tratado Talmúdico) de Keritot, en el Capítulo Segundo (del Tratado Talmúdico) de Arajín y (el Tratado Talmúdico de) Zebajím, en el Capítulo Octavo (del Tratado Talmúdico) de Nazir, al final (del Tratado Talmúdico) de Negaím, en el Tratado (Mishnaico) de Kiním, y en numerosos lugares dispersos en el Talmud —mas la abrumadora mayoría (está) en los lugares que hemos señalado—.
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